Una mujer se disfrazó para resolver el crimen de su hijo

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El joven había sido asesinado en Merlo. Uno de sus homicidas, sentenciado a 15 años de prisión, fue detenido gracias a que la madre de la víctima se disfrazó para ingresar a una bailanta y poder localizarlo cuando se encontraba prófugo

Un tribunal oral de Morón dio a conocer hoy su veredicto en el juicio que se le sigue a un joven acusado de matar a otro en una plaza de Merlo, que fue detenido gracias a que la madre de la víctima se disfrazó para ingresar a una bailanta y poder localizarlo cuando estaba prófugo .

Se trata de Emanuel Avila, de 21 años, quien, acusado del homicidio de Carlos Nelson De la Cruz, de la misma edad,  cometido el 24 de abril del 2008 en el barrio Libertad, de Merlo recibirá un pena de 15 años.

«Mi hijo va a estar feliz en el cielo «, dijo la madre, emocionada, tras conocer la sentencia. Sin embargo, Petrona Josefina Medina señaló: «El que mató a mi hijo fue Rodrigo Fernández», apuntandolo como el autor material del crimen.

«Mi decisión fue encontrar al asesino de mi hijo. Cumplí como madre», reveló y alentó a que las mujeres en su situación sigan su ejemplo: «Otras mamás tienen que hacer lo mismo».

Avila fue sometido a juicio por el Tribunal Oral Criminal 6 de Morón, que dio a conocer su veredicto y sentencia en los tribunales situado en Almirante Brown 870, de ese partido.

Por el mismo homicidio fue detenido el 26 de junio último otro joven, identificado como Rodrigo Fernández, quien estaba prófugo y será juzgado en un próximo debate.

Durante el juicio a Avila varios testigos aseguraron que si bien éste estuvo presente cuando mataron en una pelea callejera a De la Cruz no fue el autor del disparo, sino que el ejecutor fue Fernández.

No obstante, Avila afrontaba un pedido de pena de 20 años de prisión solicitado en su alegato por el fiscal del juicio, Adrián Flores.

El testigo acusó a Avila de ser quien instigó a su cómplice para que disparara contra todos los que en ese momento participaban de la pelea en una plaza de Libertad. «Tirale, tirale», dijo, según el hermano de la víctima

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