Víctor Saldaño está degradado mentalmente desde el 2000. Es el primer argentino condenado a muerte en Estados Unidos. Hace más de 20 años, ingresó a lo que se conoce como death row o “corredor de la muerte” de la Unidad Allan Polunsky, en Texas. Se trata de un sitio de tortura para condenados que esperan la inyección letal. Sin embargo, en la lista de ejecuciones del Departamento de Justicia de Texas todavía no figura su nombre, y la esperanza de su familia persiste.
Recientemente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le dio la razón a los numerosos pedidos de los abogados de Saldaño, y «recomendó» a Estados Unidos conmutarle la pena, sacarlo del corredor de la muerte y proveerle debida atención de salud mental. Si bien el informe fue dictado el pasado 10 de diciembre, las conclusiones se dieron a conocer este viernes tras vencerse el plazo de confidencialidad que el organismo solicitó, debido al cambio de gobierno estadounidense.