La base monetaria es la variable que representa lo que podría denominarse la cantidad de dinero del sistema monetario de una economía, en ella están incluidos los dineros en poder del público –denominado circulación monetaria- y los depósitos de los bancos en el BCRA –las reservas exigidas-. Su magnitud en la economía argentina depende principalmente de la cantidad de divisas que ingresen al sistema a través de las compras de moneda extranjera que realiza el Central, la manipulación del coeficiente exigido de reservas o encaje bancario y su emisión de notas y letras.
Es una magnitud de vital importancia para el desenvolvimiento de una economía ya que a través de la circulación monetaria se determina la liquidez, y por ende la fluidez de las transacciones. Cuando ésta se ve reducida, como ocurrió tras el “Corralito” de 2001/2002 y recientemente tras el conflicto entre el gobierno y el campo que cesó casi completamente las exportaciones y la entrada de dinero desde el exterior y que disparó la dolarización, las transacciones económicas comienzan a reducirse a niveles críticos hasta que comienza incluso el fenómeno del trueque que elimina el dinero de las mismas como instrumento necesario para el funcionamiento del mercado.
En abril y mayo, la base monetaria ha caído hasta sus niveles más bajos desde mediados del 2008 y ha comenzado a reflejar la mayor contracción en términos reales desde 2003. Se espera que para la próxima semana, cuando se definirán las nuevas Cámaras, la fuga de capitales que sigue a la dolarización haya acumulado unos US$ 10.000 millones.
Las cifras del BCRA muestran que, a esta altura, los agregados monetarios crecen al ritmo más bajo desde 2002. Aún dentro de las bandas que establece el Programa Monetario, pero más cercanos a “perforar” el piso que a superarlo. El crecimiento del circulante en poder del público más cuentas a la vista avanzó en mayo un 8,8% interanual (y 1,5% respecto de abril), contra un 16,5% que registraba en igual mes del año pasado. La variación interanual resultó ser la más baja en la curva desde principios de 2003, y su tendencia anuncia que habrá mayores descensos de aquí en más.
En mayo, la base monetaria se ubicó cercana a los $ 100 mil millones, levemente por encima de la registrada en abril y tan baja como la de agosto de 2008, lo que muestra el menor atractivo que tienen los activos monetarios en pesos para los agentes económicos; es la contraparte de la salida de capitales privados que se observó en estos doce meses, y es consistente con los datos que hay referidos a la caída en la producción industrial en dicho período.
Y es que al haber una gran desaceleración de la demanda privada de pesos su contracara es el aumento en la demanda de dólares, ello deriva tarde o temprano en menor liquidez en el sistema lo que terminará afectando la actividad, la disponibilidad de crédito y, en menor medida, las tasas de interés.
Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de la Lic. Cecilia Reboyras, Miembro de Fundación EGE, info@fundacionege.org