Contra el sarampión

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Esta enfermedad sigue siendo una de las principales causas de muerte en niños pequeños, a pesar de que existe una vacuna segura y eficaz, según informó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se calcula que en 2013 murieron 145.700 personas por esta causa, la mayoría de ellas menores de 5 años.

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La patología, muy contagiosa, es causada por un virus de la familia de los paramixovirus que normalmente crece en las células de revestimiento de la faringe y los pulmones. En 1980, antes de que se generalizara el uso de la vacuna, causaba cerca de 2,6 millones de muertes al año.
La intensificación de las acciones de vacunación influyeron de forma decisiva en la reducción de las muertes por sarampión. Se estima que entre 2000 y 2013 la vacuna evitó 15,6 millones de decesos. A nivel mundial, las defunciones ocasionadas por esta patología disminuyeron un 75 por ciento, pasando de 544.000 en 2000 a 145.700 en 2013.

Síntomas
La OMS recordó que el primer signo del sarampión suele ser la fiebre alta, que comienza unos 10 a 12 días después de la exposición al virus y dura entre cuatro y siete días. En la fase inicial, el paciente puede presentar rinorrea, tos, ojos llorosos y rojos, y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas.
Al cabo de varios días aparece un exantema o erupción cutánea, generalmente en el rostro y la parte superior del cuello, que se extiende en unos tres días y que termina afectando manos y pies. El exantema dura cinco a seis días, y luego se desvanece. El intervalo entre la exposición al virus y la aparición del exantema oscila entre siete y 18 días (media de 14 días).
La mayoría de las muertes por sarampión se deben a complicaciones, que son más frecuentes en menores de 5 años y adultos de más de 20 años. Las más graves son la ceguera, la encefalitis (infección acompañada de edema cerebral), la diarrea grave (que puede provocar deshidratación), las infecciones del oído y las infecciones respiratorias graves, como la neumonía. Los casos graves son especialmente frecuentes en niños pequeños malnutridos, y sobre todo en los que no reciben aportes suficientes de vitamina A o cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado por el VIH/sida u otras enfermedades.
En poblaciones con altos niveles de malnutrición y falta de atención sanitaria adecuada, el sarampión puede llegar a matar al 10 por ciento de los casos. La infección también puede provocar complicaciones graves en las mujeres embarazadas e incluso ser causa de aborto o parto prematuro. Quienes se recuperan del sarampión se vuelven inmunes de por vida.
Los niños pequeños no vacunados son quienes corren mayor riesgo de sufrir sarampión y sus complicaciones, entre ellas la muerte. Las embarazadas sin vacunar también constituyen un grupo de riesgo.

Fuente Organización Mundial de la Salud

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