Se trata de medir los recursos necesarios para adherirse, manipular, constituir y valorar información; construir nuevos conocimientos a partir de textos electrónicos, algo bastante diferente a hacerlo con textos impresos. Así, el objetivo de esta prueba trasciende la mera capacidad lectora, tal y como comúnmente se entiende, aunque no es tanto sobre tecnologías, sino más bien “sobre las competencias cognitivas(razonamiento) que hacen falta para el uso positivo de la tecnología» (Schleicher).
Lo que estoy queriendo decir, es que esta metodología tiene un meta-objetivo, un objetivo para un germen en ciernes, que es el manejo efectivo y serio de las tecnologías, que estarán al alcance de todos los estudiantes. Y esto tiene un valor especial e importante para la educación, la enseñanza y los aprendizajes del futuro inmediato. Todas estas explicaciones se entienden muy bien al conocer los detalles de la prueba. Ésta no consiste simplemente en leer unos textos que aparecen en la pantalla de una computadora, sino que los alumnos tendrán que buscar información en una aplicación electrónica que simula Internet y que ayuda a responder a las preguntas. Igual que el que navega por la Red, de una información a otra interconectada, el alumno tendrá, por ejemplo, que navegar hasta un texto, leerlo, sacar la información necesaria para contestar y responder a través de la pantalla. Por ejemplo un alumno recibe y coloca un pendrive (un instrumento móvil para registrar información en la computadora), donde encontrará las preguntas y, buceando en el equipo como si lo hiciera en Internet, hallará pistas para responderlas. Al terminar, el estudiante entregará la llave de memoria con las respuestas al evaluador. Con este procedimiento està entrando en la sociedad de la información y la comunicación del informe Pisa (Programme for International Student Assessment) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, foro de los países más ricos del mundo y, que este año medirá por primera vez las capacidades de los alumnos para manejarse en la era digital a través de una prueba de lectura en formato electrónico. Siguiendo con esta prueba, el próximo mes de mayo, estudiantes de sesenta países de todo el mundo volverán a hacer el examen del Informe Pisa , pero con esa novedad de la prueba de lectura electrónica, que se sumará a los exámenes que se han hecho hasta ahora (matemáticas, ciencias y lectura) y que han provocado diversos debates en ediciones anteriores por los mediocres resultados obtenidos, (las notas de esta cuarta edición llegarán en 2010). No todos los países participantes en Pisa 2009 evaluarán a sus alumnos de esta nueva competencia, debido a que es bastante caro por los recursos técnicos y humanos que requiere, lo harán solo17 países, entre ellos, España, Francia, Corea y Japón. «Los buenos lectores en formato digital deben ser capaces de navegar alrededor de los textos a través de información explícita y de hipervínculos, además de dominar las herramientas de navegación por Internet, como los menús» (Juliette Mendelovits, Tom Lumley y Barry McCrae, de Australia). Además, la prueba intentará evaluar si los jóvenes son capaces de «juzgar la relevancia y la corrección de una información (algo necesario para utilizar herramientas como Google o Wikipedia ), a diferencia del uso de una enciclopedia, donde la información ya está ordenada y se asume que es correcta. Por supuesto, todas esas habilidades de alguna manera estarán correlacionadas con las de la lectura tradicional, pero mucho menos de lo que a menudo se asume»(explica el Director de Pisa). De hecho, los resultados de la prueba de lectura electrónica se ofrecerán de forma independiente de los de lectura impresa. En 2009 sólo un número reducido de estudiantes harán el Test Digital (unos 2100 de los 25.000 alumnos que harán las pruebas de Pisa en España). Tendrán 40 minutos para completar 27 preguntas, a diferencia de las dos horas que tienen para completar las pruebas sobre papel de matemáticas, ciencias y lectura. Cada año la prueba tiene más preguntas sobre una de ellas y esta vez será la lectura. Me pregunto ¿Y la Argentina está incluida?. La Argentina formó parte de la evaluación internacional (PISA) y se ubicó en los puestos 51, 52 y 53 sobre 57 naciones evaluadas en áreas tales como ciencia, matemática, y lectura y comprensión de textos. No les parece un alerta rojo para el futuro de la educación argentina el quedar excluido. Si todos los pensadores, filósofos y hasta economistas auguran que la riqueza de un país se va a medir por el nivel de conocimientos de sus habitantes, ¿Dónde nos ubicaremos nosotros? Aquí sì voy a requerir de Abel Posse, “tenemos que hacer un giro de 180ª grados en la educación” o nos quedaremos como los analfabetos tecnológicos del siglo XXI. Y este recién empieza.
LIC ELENA FARAH