Empresarios y funcionarios vieron derrumbarse la empresa que era «ejemplo de calidad ambiental», cumplía certificación ISO 9001;2000 (desde el año 2002 y recertificó a finales de julio de 2007) y hacía olvidar el penoso final de la cuestionada Cliba. Pero, mientras Gamsur ganaba licitaciones en Olavarría la maquinaria en la ciudad se convertía en obsoleta. Hace meses que -según aseguran los empresarios- las cuentas no cierran y se apeló a análisis retroactivos de difícil cumplimiento. El municipio no puede pagar los mayores costos y los socios privados observan que la mixta es ahora un mal negocio. Todos los caminos conducen a una degradación del servicio y meses de conflicto permanente. La municipalización es una opción con demasiadas grietas. Por ahora, Jure buscar gestar una confusa alianza con el gremio que poco tiempo atrás le tiró la basura en la puerta del municipio.
Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar) – Sergio González, dirigente gremial de Surbac, dijo debajo del histórico portal de ingreso al Palacio de Mójica que el intendente Juan Jure «hacía pata ancha» con los empresarios que actúan como socios de la empresa Gamsur. Meses antes, González había encabezado una marcha en la que llenó de basura el municipio e increpó a la vista de todos al mandatario local.
En las últimas semanas hubo reuniones entre funcionarios municipales y gremialistas del sindicato que responde a Pablo Moyano, el hijo de Hugo -el todopoderoso líder de la CGT-. El objetivo es fortalecer un frente para negociar con los privados y evitar que uno de los dos ejes de mayor sensibilidad en el conflicto, la situación laboral de los 174 empleados de la mixta, sea el primer síntoma de la debacle de la empresa.
El otro aspecto clave es la esencia misma de Gamsur: la adecuada recolección de residuos y la limpieza de la ciudad. Los directivos Gustavo Garelli y Gustavo Gagna dejaron en claro en su reunión con el secretario de Economía Guillermo Mana que el planteo se llevará al límite de la emergencia, con una precarización de la prestación debido al impacto de la inflación sobre los insumos y los aumentos salariales.
Los privados piden 2.200.000 pesos por mes para funcionar y el municipio aporta 1 millón menos de lo solicitado. Con los mayores costos se elevaría a 1.900.000, aproximadamente, según la evaluación que hacía el oficialismo con la aplicación de la nueva fórmula polinómica.
En el convenio se incluyó una «cláusula gatillo» ante la posible variación de los costos generales de la empresa, por lo cual los incrementos en los insumos «se liquidarán automáticamente tomando el porcentual oficial de los aumentos».
Mana sabe que el municipio no tiene los fondos para abonar los mayores costos del 2008 que debía haber abonado, al menos en parte, la gestión de Antonio Rins pero el déficit mensual que tiene el municipio de 1,4 millón le impide, además, pagar lo que solicita la mixta para este año.
Auditoría
La auditoría que realiza el Tribunal de Cuentas le dio tiempos formales de auxilio al municipio. Es una obligación de los tribunos determinar si los fondos que destinará el Estado están inmersos en el cumplimiento de la normativa vigente y los condicionantes políticas de negociación entre el Ejecutivo y la empresa no deberían ser un obstáculo.
El avance de la auditoria ya ha advertido anomalías que afectan directamente el convenio entre el municipio y Gamsur para avanzar en los mayores costos. La falta de documentación y los incumplimientos en la designación de los directivos surgen de la evaluación jurídica, pero aún restan conocer el análisis contable que sería definitivo en la postura de los tribunos.
Un informe del bloque de la Coalición Cívica había señalado que «el directorio no se reúne, lo síndicos no tienen cuentas para fiscalizar, no hay balances del año 2006 y 2007 y no tiene a su disposición los bienes muebles, sus vehículos y sus herramientas»
La otra pieza clave del entramado legal es la fusión entre Gamsur y Semiusur que se produce en la práctica aunque nunca se formalizó normativamente.
En la Ordenanza 598/05 se aprobó el compromiso previo de unificación pero la Dirección de Inspecciones de Personas Jurídicas con fecha 17 de Octubre de 2008 informó que esto aun no se ha concretado.
El derrumbe
Empresarios y funcionarios vieron derrumbarse la compañía creada el 9 de agosto del 2001, compuesta originalmente por 13 empresas de la ciudad, y que era «ejemplo de calidad ambiental».
Gamsur cumplía con certificación ISO 9001;2000 (desde el año 2002 y recertificó a finales de julio de 2007) y hacía olvidar el penoso final de la cuestionada Cliba. Los primeros 5 años la convirtieron en la vedette que se ofrecía como modelo inequívoco del «éxito» de las mixtas. La situación comenzó a cambiar, sin embargo, en el 2007.
Mientras Gamsur ganaba licitaciones en la ciudad bonaerense de Olavarría la maquinaria en la ciudad se convertía en obsoleta. Los camiones no eran renovados y la estructura devoraba la amortización. Los privados hicieron una fuerte inversión en otra localidad y al mismo tiempo se advertía descuidado el capital en la ciudad. Nadie, ni oficialismo ni oposición, alertaron debidamente sobre lo que ocurría.
En un acuerdo sin licitación ni cotejo público de precios, los empresarios mostraron sus propios números sobre la inflación creciente y comenzaron a solicitar una actualización de costos. En el 2008, el reclamo se agravó según aseguraron los privados, que denunciaron pérdidas de más de un millón de pesos por mes.
En todos los casos se hicieron análisis retroactivos de difícil cumplimiento y que esta vez llegaron tarde y mal. ¿Cómo se puede medir en diciembre con una certeza objetiva las pérdidas que surgieron en enero ó febrero? ¿Si efectivamente la empresa debe ganar más cómo se sostiene durante todo el año el déficit que se genera cada mes?
El municipio no puede pagar los mayores costos y los socios privados observan que la mixta es ahora un mal negocio. Todos los caminos conducen a una degradación del servicio y meses de conflicto permanente.
La municipalización que pide el Sindicato de Empleados Municipales es una opción con demasiadas grietas. ¿Con qué recursos se pondría en marcha una nueva estructura y que capacidad operativa tiene hoy el gobierno local para hacerla eficiente?
Por ahora, Jure buscar gestar una confusa alianza con el gremio que poco tiempo atrás le tiró la basura en la puerta del municipio. Las delicadas finanzas municipales colisionan, una vez más, con el interés colectivo y la lógica privada, que nació con mínimo riesgo empresario y busca nuevamente hacer redituable su participación en la mixta.
El contrato con Gamsur se extiende hasta el 2011 y el intendente apostaba por vender el 10 por ciento de acciones en poder de la Municipalidad y renegociar un nuevo acuerdo. Las urgencias cambiaron el contexto y las prioridades. La perla de las mixtas perdió su brillo y la basura desborda debajo de la alfombra.