Viviendas

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Cuando un ciudadano decide establecerse en una ciudad, pueblo, villa o caserío, es porque tiene trabajo. Busca construir una vivienda o alquilarla. Hay muchas modalidades en la forma en que se ocupa un lugar. Todo depende del dinero que se tenga.

Desde ciertos años, los políticos han importado costumbres foráneas, que no van con las propias. Las viviendas se las debe proporcionar el Estado, sin cargo. En países avanzados, se puede hacer ya que las tasas de interés son bajas, pero las formulas están a la vista. Nada es milagroso. Eso no existe. Entonces para obtener otra cosa se recurre a estafar a miles de personas.

Se les hace trabajar y se les extraen impuestos que luego reparten a discreción entre sus secuaces o simpatizantes. Es una de las más grandes discriminaciones. A este si, al otro no. La moda impuesta es molestar a cualquier a fin de llamar la atención de algo. Con «piquetes» anticonstitucionales, intentan hacerse oír. Pero ni así los escuchan.

Otros toman por la fuerza predios o viviendas para establecerse en zonas públicas o privadas, usurpando. Violan todas las leyes y se les tolera. Indigna la discriminación de las villas de Buenos Aires y otros lugares de asentamiento. Dos y tres pisos con luz, pero sin planificación. Cuando un buen ciudadano quiere hacer lo mismo, le piden miles de requisitos. No le proveen de luz sino tiene los planos. Entonces ¿por qué las villas tienen?

¿Habrá que violar la ley por la fuerza para tener algo? Eso se llama discriminación y miedo de las autoridades. Otro mote más para los funcionarios al de Traidores a la Patria.

 

Atentamente

Juan R Bell

92061605

Rio Cuarto

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