Las complejidades que de por si tiene y vive hoy nuestro sistema educativo, requiere una educación actualizada y preparada para enfrentar todos los desafíos que el mundo contemporáneo presenta. Una es abordar seriamente los contenidos que presenta la Ley Integral de Educación Sexual, ya vigente. Son muchos lo temas que exige la ley para emprender, todos con precaución y a medida, porque son los que nuestros jóvenes ven a través de los medios de comunicación; precisamente nuevas figuras de identidad sexual, las que es necesario saber definir con precisión en el momento de transmitir los contenidos.
Escucho a docentes recibir preguntas de sus alumnos, sobre la identidades sexuales que aparecen en los medios, y que me hacen pensar que tienen poca información y una gran confusión de roles sociales de género. Hoy la educación vive y transcurre entre factores para los que no ha sido preparada con tiempo y forma, para enfrentar las dificultades y/o situaciones propias de una sociedad que transcurre en esta “Tercera ola” al decir de Alvin Toffler ¿Qué esta pasando que los acontecimientos nos superan y no dan espacio a una reflexión trascendental? Todo es sorpresa, cambio e incertidumbre; y es en ese contexto que debemos saber manejarnos, como una asignatura pendiente: Educación Integral para una Sexualidad Responsable. Por eso me propuse discriminar algunos conceptos que son fundamentales para la comprensión de la sexualidad humana. La realidad nos obliga a tocar temas que la sociedad valida como necesarios o como tema de debate para una mejor comprensión. La ley nos habla del tema del género, tantas veces puesto en el tapete, surgiendo la libre elección del mismo, que ya describimos en la encuesta realizada hacia los finales del 2008. Los estudiantes nos hablaban a través de las respuestas realizadas, que el género era una libre elección acompañada por el respeto hacia el mismo. Hoy la realidad a través de los medios visuales, muestran modelos de género diferentes a los clásicos hombre-mujer. A partir de allí empieza el debate mediático, y es función de la escuela tomar ese debate y conceptuar para discriminar la posible confusión existente sobre el tema, que tienen nuestros alumnos. Creo necesario aclarar, antes de comenzar a comentar sobre la diferenciación entre los géneros, hacer una aclaración sobre la distinción entre sexo y género. Estos dos conceptos están muchas veces intercambiados, indiferenciados e incluso usados en forma sinonímica, aunque no sea del todo correcto
El sexo por una parte, involucra una diferencia biológica. El género por otra, involucra una diferencia cultural. Así, el diccionario de la Real Academia Española divide los sexos en dos: varón y mujer ó macho y hembra. Las escuelas sociales, en cambio se refieren al género como el conjunto de valores, creencias, estereotipos y roles atribuido a los seres sexuados. En lingüística se aprecian tres géneros: masculino, femenino y neutro. El término género proveniente del campo de la literatura se aplicó a partir de los años sesenta a la psicología y a la antropología.
El sexo serían los aspectos biológicos, es decir «lo dado», y el género los factores culturales, es decir «lo construido». Ambos términos se confunden frecuentemente ya que se coincide que al analizar el sexo en sus múltiples vertientes se constata su enraizamiento en lo biológico, aunque enmarcando su desarrollo lo social»
Recurro a una especialista para que me acompañe en lo que describiremos mas abajo. “El sexo, la identidad sexual, está determinada biológicamente de forma muy clara. Las anomalías en la determinación biológica del sexo, también llamada diferenciación sexual, suelen ocurrir en etapa muy precoz del desarrollo dentro del útero. Respecto al sexo psicológico que se está construyendo, es decir la conciencia ó percepción de pertenecer a un determinado sexo, ocurre a los 2,5-3 años y suele coincidir con el sexo anatómico” (Dra. Lope Mato). En cuanto a la orientación sexual, se entiende como tal la preferencia sexual que se establece en la adolescencia, preferencia heterosexual (98%) u homosexual (2%). Es a partir de estos conceptos que se puede empezar a entender algunas de las variables de género que se muestran en nuestra sociedad y que empiezan a ser validadas, nos guste o no, por una parte importante de la misma. De aquí surge el travestismo, homosexualismo y transexualismo. Es importante desde el lado educativo, pedagógico y social marcar las diferencias. ¿Que se entiende por travestismo? Son aquellas personas que usan ropa u otros accesorios del sexo opuesto, para provocar solo excitación sexual al otro o al mismo sexo. ¿Homosexualismo? es la atracción hacia personas del mismo sexo. Y en cambio Transexualismo, y esto es lo que provoca el mayor desorden, es un rechazo (técnicamente “disforia”, como mal humor) al sexo de origen, o sea al sexo con el que nació. De allí que surgen los pedidos de cirugías para adecuar su preferencia sexual. He observado en exposiciones mediáticas televisivas, la falta de claridad en las diferenciaciones, lo que puede traer como consecuencia un desconcierto en nuestros niños y jóvenes estudiantes.
LIC ELENA FARAH