El dólar sube casi 3% y está cerca de los 3,15 reales. El Banco Central asegura que no intervendrá para detener la escalada del billete estadounidense. La Bolsa de San Pablo cae más de 4% y el riesgo país ya superó los 800 puntos.Los mercados brasileños no logran revertir la tendencia que dominó el final de la semana pasada y esta tarde mostraban un fuerte incremento en la cotización del dólar, que volvió a alcanzar los niveles de la apertura y se acercó a los 3,15 reales. Mientras tanto, la Bolsa de San Pablo cae más de 4% y el riesgo país superó los 800 puntos.
Al terminar la semana pasada, la divisa estadounidense se vendía a 3,06 reales (el jueves había cerrado a 2,99) y la Bolsa paulista había caído 2,17% (esto se sumaba a la caída del jueves de 4,5%).
Desde Basilea, donde asiste a un encuentro de Banco Centrales de todo el mundo, el titular del Central brasileño, Henrique Meirelles, dijo hoy que la institución no va a intervenir para detener el alza del dólar. «Creemos que los fundamentos de la economía brasileña están muy sólidos. Este nivel de volatilidad en el real es normal y está entre los escenarios que consideramos», dijo el funcionario.
Hay muchos argumentos para explicar la crisis. Está el escenario externo: el atentado en Madrid del 11 de marzo; la resistencia iraquí a la ocupación norteamericana y el asesinato de líderes palestinos ordenado por el gobierno israelí. Y están las causas económicas internacionales. Encabeza esa lista el inevitable aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, que ocurrirá a partir de junio próximo y que hará que la primera potencia mundial absorba capitales que el año pasado se invirtieron en los mercados emergentes. Los especialistas también le apuntan al elevado precio del petróleo que, afectado por la crisis en Irak y la gran demanda de China y la India, se mantiene en torno de los US$ 40 por barril.
Las turbulencias financieras internacionales podrían desencadenar una división en el gobernante Partido de los Trabajadores. Las divergencias se plantean, esta vez, por el aumento del salario mínimo. Pero la fractura es más de fondo: tiene como eje la política económica defendida por el presidente Lula y sus hombres del gabinete.
La primera señal de crisis política en el PT ocurrió el viernes. Fue cuando la cúpula de esa organización maniobró para echar sin aviso previo a Paulo Paim, vicepresidente del Senado, de una comisión mixta del Congreso que debe analizar si aprueba el reajuste de sólo 20 reales (poco más de 6 dólares) decidido por el Gobierno para el sueldo mínimo, que lo lleva de 240 a 260 reales.
Fue un «gesto truculento, un error político del Ejecutivo con el Congreso», declaró Paim, el legislador del PT que supo de su destitución por boca del presidente del Senado, José Sarney (dirigente de otro partido). Según Paim, el gobierno está en condiciones de dar un reajuste superior (hasta 300 reales). La oposición, liderada por el Partido Socialdemócrata (PSDB) del ex presidente Fernando Henrique Cardoso y el conservador Partido del Frente Popular, pretende llevarlo a 275 reales.
Una veintena de diputados del PT amenazó dejar la organización después de las elecciones municipales de octubre próximo. Harán una reunión el próximo domingo para discutir el rumbo político que está tomando el partido de centroizquierda. Esto insinúa así una disputa de fondo que tiene como eje la política económica defendida por Lula y dos hombres del gabinete: el ministro de Economía, Antonio Palocci, y el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles.