SER O NO SER RADICAL, ESA ES LA CUESTIÓN: Por Guillermo Geremía

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SER O NO SER RADICAL, ESA ES LA CUESTIÓN

Por Guillermo Geremía

La UCR no es hoy una fuerza política sino la sigla de Una Crisis Reiterada que define el presente del centenario partido de Alem, Irigoyen, Balbín y Alfonsin. Ahí la historia funde a negro y entra en una larga tiniebla de la que no puede sumergir. El radicalismo de este siglo está jalonado por episodios electorales en dónde fue determinante para desplazar al peronismo gobernante del poder pero nunca pudo, supo o quiso recobrar su histórica impronta que lo hicieron propietario de valores intangibles que se le están extinguiendo como combustible electoral, el republicanismo en lo institucional y el progresismo en lo social. Sus votos los hicieron ganar a De la Rúa con la Alianza, a Macri con Cambiemos y ahora a Milei en el ballotage, pero no detienen su sangría de identidad partidaria.

¿Qué es ser radical por estos días?, ¿ser o no ser radical hoy tiene peso en la correlación de fuerzas que disputan el poder en la cuarta década de la Democracia recuperada con la esperanzadora consigna de comer, curar y educar?. “Hoy el radicalismo no existe, la gente no nos tiene en cuenta”, disparó en declaraciones radiales, el Presidente de la UCR Departamental de Río Cuarto. Walter Perrone, actual intendente de Coronel Baigorria, no sólo metió el dedo en la llaga sino que hizo sangrar aún más la herida abierta desde hace tantos años. ¿El radicalismo no es tenido en cuenta porque cambió la gente o porque muto de sus principios que lo hacían una opción de poder?. “No coincido con la idea de que el radicalismo no existe. La sociedad en muchas situaciones nos busca porque sabemos administrar. Pero acuerdo que hay salir de la simple referencia de las cuestiones históricas. Hoy la situación es diferente”, admite David Flores, histórico dirigente del partido en Río Cuarto y ex concejal en los noventa.

Dirigentes del presente que hablan de una llama a punto de apagarse y hombres de pasado boina blanca que reconocen que así como está el partido terminará naufragando y que sólo la pertenencia emotiva, como la de un club de fútbol, los mantiene añorando que algún día vuelva la 3. “Para ser radical de la Lista 3, hay que ser ciudadano de a pie. Esa fue siempre la esencia del radicalismo. A los que están pensando en las reelecciones y en mantener sus cargos les incomoda volver a militar por la Lista 3”, reprocha Flores. Ahí parece anidar el principio de condición que no saca a flote a la fuerza política. Un gran número de dirigentes radicales prefiere mantener sus lugares perdiendo identidad y elecciones. Una reformulación de la sentencia alfonsinista, “hay que prepararse para perder elecciones antes que perder convicciones”. El camino del partido va en sentido contrario de lo diagnosticado a principios de este siglo. Para cuidar la quinta de unos pocos el partido no sólo ha tenido resultados electorales adversos sino también entregó sus principales banderas. Todo hecho en la escribanía de la orgánica en la convención radical de Gualeguaychú de 2015.

La diáspora cordobesa

El radicalismo hace un cuarto de siglo que no tiene en el poder real en la Argentina ni en la Provincia de Córdoba. Hay escasas señales que pueda recuperarlo en las próximas citas electorales. Sumido en las contradicciones ideológicas y en las ambiciones personales camina a desdibujar aún más su protagonismo que en tiempos de Cambiemos o Juntos por el Cambio. Macri lo hizo. No es enteramente válido el argumento de falta de renovación generacional. La posta del desconcierto la tomaron Martín Lousteau como Presidente del Partido a nivel nacional y Marcos Ferrer (Intendente de Río Tercero) y Rodrigo De Loredo (Pte. del bloque de diputados nacionales de la UCR) a nivel provincial. Parte de los cambios etarios esperados. Como lo indica el sitio POLÍTICA CÓRDOBA De Loredo y Ferrer que están desesperados por una alianza con La Libertad Avanza en Córdoba abrieron la puerta de la libertad de acción de sus dirigentes y militantes para que cada uno tome el camino que quiera. La falta de liderazgo en los “jóvenes” del partido es evidente.

“Si hay un proyecto serio en coalición, no podemos descartar nada ni ningún apoyo. Como Intendente es difícil poder consensuar con Llaryora. Pero si es manera de ponerle un freno a este avance del Gobierno Nacional, no va a quedar otra y tengo una esperanza ahí”, sorprendió Perrone en declaraciones al programa ASÍ SON LAS COSAS por 102.9 La Gospel. El Presidente de la UCR del Departamento de la capital alterna de Córdoba admite públicamente que están negociando con el Ministro de Gobierno Manuel Calvo la posibilidad de formar una alianza con Martín Llaryora. Al mismo que no para de criticar, en sus nada histriónicas intervenciones en la redes, Rodrigo De Loredo. Ya hay un “radicalismo histórico” con Miriam Prunotto sentada en el sillón de vicegobernadora que entró por la ventana abierta de la mano de Alejandra Vigo, esposa del anterior gobernador Schiaretti. Ahora Calvo con el ex legislador radical Orlando Arduh, que tocó las teclas siendo legislador radical para presentar un proyecto de reglamentación del juego on line y ahora funge como secretario de cooperación institucional del Ministerio de Gobierno. Un radical Calvo vendría a ser. Un tercer radicalismo se pone peluca y un cuarto no sabe como peinarse frente a este presente de diáspora generalizada.

“Nosotros estamos solos, lo sentimos una gran parte de radicales. Desde el Circuito Centro de Río Cuarto decimos que hay que ir solos en las elecciones. Volver a la Lista 3. Las disrupciones en el radicalismo ya la hemos vivido en otros momentos de la historia. El error del presente fue el pacto de Alfonsín con Menem, que nunca se cumplió”, afirma David Flores. Esa esperanza que empieza a murmurar la cancioncita “adelante radicales…adelante sin cesar”, tomó impulso con el locro del 9 de julio que convocó a algunos intendentes de otros departamentos de Córdoba, al legislador alfonsinista Dante Rossi y que tuvo al exIntendente de Río Cuarto Juan Jure como principal orador, hoy devenido en empresario periodístico con un medio digital propio. “Celebro que ‘El turco’ (por Jure) aparezca nuevamente. Su experiencia puede servir para revertir la situación que tenemos. Todo lo que provenga del interior provincial lo celebro, yo cuestiono mucho lo que sucede en la capital de Córdoba. Vienen tiempos nuevos y si no nos adaptamos se va a complicar”, concluye Perrone sin tener en claro de que liana agarrarse.

La crisis del radicalismo no es exclusiva ni tampoco sólo de cabotaje. En el mundo las ideologías están en pleno proceso de reformulación. El problema de la Unión Cívica Radical es más de naturaleza endógena que de geopolítica internacional. Los radicales de hoy no saben si ser o no ser lo que son para volver a ser lo que fueron. La duda shakespeareana del soliloquio del personaje de “Hamlet, príncipe de Dinamarca” escrita en 1603. Demasiado tiempo ha pasado para que los militantes de un partido político sigan dudando. Así son las cosas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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