“No había forma de pararla”: el recuerdo de Locomotora Oliveras en Río Cuarto, a través de su primer entrenador

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🥊 Carlos San Miguel fue uno de los primeros en ver brillar a Alejandra «Locomotora» Oliveras. La descubrió en un gimnasio en pleno centro de Río Cuarto, donde —recuerda— “le pegaba a la bolsa con tanta fuerza que mi papá se quedó helado”.

Desde entonces, su historia quedó marcada en la ciudad y en la memoria del boxeo: coronaciones, noches épicas, y un apodo que nació en el gimnasio de Las Delicias: Locomotora, porque “pasaba por arriba a quien se le cruzara”.

🏆 En 2005, se consagró campeona provincial venciendo a Chapita Gutiérrez en el Poli Nº2. “No puso ni las manos”, dice Carlos entre risas y orgullo. “Corría 10 km, hacía 700 abdominales, y en el ring era imparable”.

Pero su legado no fue solo arriba del ring: denunció desigualdades, habló sin filtro y no esquivó jamás una pelea. “Muchos la quieren, otros no tanto… pero nadie puede negar su fuerza, su lucha, y lo que logró”.

Hoy, mientras atraviesa un delicado estado de salud, quienes la conocieron de cerca la recuerdan como una luchadora incansable. “Fue campeona del mundo, pero más aún: fue campeona en la vida”.

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