Como cada año, miles de peregrinos llegaron desde distintos puntos del país para sumarse a las celebraciones en honor al Cristo de la Buena Muerte. La fiesta no solo tuvo su epicentro religioso, con monseñor Adolfo Uriona presidiendo la misa principal, sino que también se transformó en un gran encuentro popular con feria de artesanos, colorido y movimiento en cada rincón del pueblo.
El intendente Jorge Grazziano celebró el impacto de esta nueva edición:
«Estamos muy contentos, el balance es muy positivo. Tuvimos récord de venta de puestos: los 300 disponibles se ocuparon todos, récord de autos también. Nunca había visto el pueblo, a siete cuadras de la plaza, con tanta gente transitando. Hoy, fácilmente, más de 50 mil personas han visitado Reducción.»