El entrenador que condujo a la selección argentina a su segundo título mundial de la mano de Diego Maradona en 1986, volvió a ser internado hace dos semanas debido a complicaciones en su cuadro por el síndrome de Hakim-Adams que le fue detectado a mediados del 2018.
Sin información oficial desde que ingresó al centro médico donde se encuentra, el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento difundió este mediodía la primera información oficial desde el 4 de julio, día que Carlos Bilardo ingresó al lugar.
«El paciente Carlos Salvador Bilardo ingresó por un cuadro de deterioro del sensorio en el contexto de su enfermedad de base (síndrome de Hakim-Adams)», cita la primera parte del escueto comunicado que emitió el nosocomio.
«Actualmente se encuentra en la unidad de terapia intensiva siendo su pronóstico reservado», finaliza el informe.
Si bien el ex técnico de 81 años primero se encontraba en una sala común y despierto, sufrió un deterioro motriz y sensorial.
El síndrome que padece Bilardo es una enfermedad neurológica que comúnmente se confunde con Alzheimer, Parkinson, arterioesclerosis o síntomas propios de la vejez.
¿Qué es específicamente el síndrome Hakim-Adams?
También conocido como hidrocefalia normotensiva, es una enfermedad neurodegenerativa con diversas características que, en el caso de los adultos, se presenta con mayor frecuencia en hombres a partir de los 60 años.
Entre sus síntomas se encuentran:
– demencia (un trastorno en la memoria, una de las funciones intelectuales básicas del ser humano);
– enuresis (incontinencia urinaria);
– dificultades al caminar (suele presentarse una marcha imantada, es decir, como si la persona estuviera pegada al piso: arrastra los pasos y le cuesta girar).
Según los especialistas, este síndrome comienza de forma lenta y avanza progresivamente. Entre sus primeras manifestaciones se encuentra el trastorno en el andar.
Además, explican que se presenta en quienes tienen enfermedades neurodegenerativas, que dañan en forma global al cerebro generándole una atrofia, como por ejemplo Parkinson, Alzheimer o demencias vasculares.