La condena y la pena – Por Pablo Callejón Periodista

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Jorge Mercado tenía los ojos enrojecidos, la mirada perdida y no podía mantenerse en pie. Había bajado de la camioneta donde se encontraba malherido el sindicalista de Surrbac Claudio Altamirano, quien sufrió un fuerte golpe en la espalda que apenas le permitía respirar. En aquella madrugada del 26 de agosto del 2011, Mercado ya era uno de los “pesos pesados” del gremio que tenía en vilo a la desorientada gestión municipal en Gamsur.
Tras la colisión, «el Coco» resolvió huir campo adentro del escenario de hierros retorcidos y gritos agónicos de los sobrevivientes. El acompañante de la combi impactada por la pickup falleció en forma instantánea y a su lado, Héctor Manzano le pedía a los testigos que le quitaran el cinturón de seguridad. Había quedado aprisionado y no sentía las piernas. Las caderas le irradiaban un dolor insoportable y las bocanadas de aire eran cada vez más espaciadas.

Cuando la agente Jaqueline Rodríguez logró junto a un compañero interceptar a Mercado, el sindicalista les habló con tono amenazante: “no saben quién soy milicos, yo no manejaba nada”. El médico policial Matías Alba recordó que el gremialista tenía fuerte halitosis alcohólica y los efectivos policiales ratificaron aquel diagnóstico.
Mercado fue trasladado al Hospital de Río Cuarto, donde le extrajeron la sangre que sirvió de prueba en la causa judicial por homicidio culposo. El resultado del análisis llegó varios días después a la fiscalía del doctor Javier Di Santo y reveló que Mercado no había consumido alcohol ni drogas, ni siquiera un vaso, absolutamente nada. Las sospechas sobre una manipulación de las pruebas sumaron otro capítulo escandaloso a un hecho que demoró casi 8 años en alcanzar el juicio oral.

Para el ex juez Oscar Testa, el procedimiento de análisis de sangre por accidentes viales puede ser vulnerado y el resultado, aunque se considera objetivo, necesita de otras pruebas para validarse. Testa advirtió que «en estos operativos, el médico del Hospital entrega a un policía la muestra envuelta por un envase de tergopol y el agente la lleva a una comisaría donde se conserva en una heladera, hasta que se acumulan una serie de muestras y se resuelve enviarlas a Córdoba”
“A diferencia del narcotráfico, donde existe una rigurosidad extrema en la preservación, en estos casos es un procedimiento rutinario que solo necesitaría de alguna complicidad policial para ser vulnerado”, describió el magistrado.

Hasta la promulgación de la Ley de delitos viales 27347, que endureció las penas de 3 a 6 años de prisión “para los conductores que provocan una o más muertes por exceso de velocidad, o por manejar bajo los efectos del alcohol o de estupefacientes”, conducir ebrio era considerado en algunos casos un atenuante por la incapacidad de la persona para comprender sus actos. Sin embargo, Mercado tenía sobrados motivos para intentar evitar que se confirmara judicialmente el estado en el que manejaba la camioneta la noche de la tragedia. Había protagonizado un accidente fatal con un móvil oficial de la empresa, tras participar de un baile cuartetero. Una muestra evidente del manejo discrecional que el gremio realizaba de los bienes de Gamsur.

Manzano recordó que aquella madrugada “se veía una luz que iba de un lado para el otro y aunque le hicimos señas, no pudimos evitar el choque”. El conductor de la combi se había levantado a las 5, preparó unos mates y fue a cargar gasoil, como lo hacía habitualmente. Estaba seguro de transitar la ruta que conocía como la palma de su mano, por tantos años de transportista.
Cuando se despertó de la conmoción del golpe, una lluvia de vidrios le caía sobre el rostro. Poco a poco fue recuperando los recuerdos del arribo de la camioneta a toda velocidad. Había pegado un volantazo pero la pickup se cruzó en el mismo sentido. El impacto había sido advertido por otros automovilistas que dieron aviso a la Policía. Al levantar la vista, no pudo observar al conductor de la camioneta. Mercado ya caminaba perdido hacia el interior de un campo.

En su alegato, el fiscal Julio Rivero pidió una pena de 3 años y 6 meses de prisión efectiva para Mercado y validó los testimonios de la Policía y el médico, quienes advirtieron sobre el estado en el que se encontraba el imputado.
La investigación que había impulsado el fiscal de Instrucción Di Santo sobre la presunta manipulación de las muestras, nunca prosperó. La causa apuntaba a todo el proceso pericial, hasta alcanzar el informe de la Policía Judicial que destacaba «la ausencia de alcohol u otras sustancias».
Las muestras supuestamente habían sido embaladas “con cintas herméticamente cerradas y enviadas a través de un correo privado”. En el lugar de recepción se indicó que “el paquete había llegado en iguales condiciones”. Fue tan inverosímil el resultado objetivo de las pruebas que el entonces juez de Control, Daniel Muñóz, sostuvo en su resolución que “surge con claridad el estado de ebriedad” en el que se hallaba Mercado.
El magistrado aseveró que el gremialista, “padeciendo los efectos de una intoxicación alcohólica, al zigzaguear sobre la ruta con evidente pérdida del dominio de la Ford Ranger que conducía, se cruzó hacia la banquina contraria y al pretender retomar la carpeta asfáltica embistió de frente a la Fiat Ivecco”.

Unos meses antes del accidente fatal que protagonizó Mercado, el ex jugador del Napoli y la selección argentina Hugo Campagnaro, provocó otro siniestro envuelto en múltiples sospechas. Iba al mando de una camioneta Toyota Hilux que impactó contra un automóvil VW Polo y dejó como saldo la muerte de tres personas. Campagnaro regresaba de una noche en el casino con amigos cuando se produjo la colisión en el kilómetro 625 de la ruta 36. Por el choque, fallecieron los ocupantes del vehículo menor: la agente policial Andrea Soledad López (33) y su pareja, el guardiacárcel Héctor Horacio Escudero, de 41 años. También murió Alvaro Castelli, uno de los acompañantes de Campagnaro.
Los familiares de Soledad López aseguraron que el ex futbolista estaba alcoholizado, pero no pudieron probarlo judicialmente. La pericia oficial dio como resultado 0,3 miligramos de alcohol en sangre y según explicó el abogado defensor, Ángel Bassino, “el consumo toma relevancia a partir del 0,5, por lo que el informe pericial no tiene ningún agravante”.

El abogado defensor de Mercado, Jorge Sánchez del Bianco cree que el 27 de mayo, cuando se conozca la sentencia, los jueces valorarán que el acusado “no tiene antecedentes computables, se presentó cada vez que lo solicitó la Justicia, tiene familia en Río Cuarto y un trabajo estable”. Si el Tribunal comparte los fundamentos del alegato defensivo, el imputado solo recibiría una pena condicional a pesar de haber reconocido su responsabilidad. En la primera audiencia, Mercado había mirado a la cara a Manzano y le pidió disculpas. Casi 8 años después, esa podría ser la única respuesta para las víctimas de la tragedia.

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