Los riocuartenses admiten sus faltas al manejar pero reconocen que les cuesta cambiar

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En el primer semestre del año 526 conductores fueron sancionados por conducir alcoholizados en Río Cuarto. La cifra duplica el resultado de los test de alcoholemia en el segundo semestre del 2016 y supera ampliamente la totalidad de casos positivos durante todo el 2017. Los datos se reducen fuertemente en las reincidencias, aunque el indicador supera en varias veces los números de años anteriores. En 2018 ya hubo 12 sancionados, mientras que el año pasado se registraron 8 episodios con reincidentes. Los datos aportados por el Ente de Control Municipal no revelan el porcentaje sobre el total de controles realizados, aunque significan un aporte contundente sobre la negligencia al volante y el riesgo de accidentes graves, muchas veces fatales.
La infracción más recurrente es la de estacionar mal. El caos urbano, en el micro y macro centro, se explica en parte por el crecimiento del parque automotor y la obstinada decisión de los conductores de estacionar en cualquier lugar, sin importar el costo vial y de las infracciones que labra el Edecom. El informe revela 3232 sanciones en el primer semestre del año, mientras en igual periodo del 2017 se habían labrado 5520 notificaciones.
A diferencia de otras faltas, en este indicador hubo una severa reducción de multas, lo que haría prever una mayor toma de conciencia ó un relajamiento en los controles del ente. Con solo recorrer algunos minutos el centro riocuartense se puede advertir que muchos automovilistas apelan al mal estacionamiento como un mecanismo rutinario.
Conducir sin carnét emerge como la segunda falta en importancia, según el ranking elaborado por el Edecom. Entre enero y junio de este año se labraron 1509 multas, 230 casos más que en el primer semestre del 2017. Si se incorporan las actuaciones por falta de documentación del vehículo, en 2 años hubo 9748 conductores advertidos.
Manejar una motocicleta sin casco es una referencia típica del conflictivo tránsito en la ciudad. En el último semestre del 2016 se habían realizado 438 multas. El número aumentó en la primera parte del 2017 a 880 y se redujo a 697 en los últimos meses. Hasta junio del 2018 se labraron 851 sanciones que incluyen un alto costo para que el infractor recupere el rodado. Subir el monto de las multas no modificó las conductas de los motociclistas y desbordó de rodados secuestrados el depósito del ente municipal. Viajar en moto con más de un pasajero ó trasladar menores incorporó 25 penalizaciones desde julio de 2016.
Con 1918 actas en dos años, la falta de chapa patente es otro síntoma del tránsito riocuartense. El mayor impacto se genera también sobre las motos.
Ruido en la línea
Lejos de los primeros lugares de infracciones típicas aparece el uso del teléfono celular. La irregularidad es muy frecuente pero difícil de sancionar. Cuando el conductor advierte un control decide dejar de utilizar el móvil y rara vez logra ser detenido en situaciones sorpresivas. En los primeros seis meses del año hubo solo 31 multas y desde el segundo semestre del 2016 se realizaron 507 actas.
No acatar las órdenes de los agentes de tránsito es una de las infracciones que tuvo un crecimiento elevadísimo. Desde junio de 2016 hasta diciembre de 2017 se produjeron 371 episodios y este año, en apenas 6 meses, hubo 382 sanciones. La desobediencia podría estar relacionada a un malestar mayor de los conductores con los controles oficiales y también, a una presencia cotidiana de los puestos de verificación que el Edecom comparte con la Policía.
La negativa a someterse al control de alcoholemia es otro eje llamativo del extenso informe oficial, con un promedio de 90 casos de resistencia por semestre.
A contramano
Conducir en contramano sumó 392 multas en dos años, pasar un semáforo en rojo 232 hechos y colocar ó lanzar elementos prohibidos en la vía pública provocó 327 infracciones.
La ausencia de silenciador ó manipulación de los caños de escape en motos y autos, una postal sonora irritante en toda la ciudad, se reprodujo desde el 2016 en 334 casos.
Estacionar obstaculizando rampas de discapacitados se redujo de 76 actas en el último semestre del 2016 a 25 en la primera parte del 2018.
Abandonar animales ó vehículos en la vía pública se redujo de 134 sanciones a 57 en la comparación entre enero y junio de 2017 y el mismo periodo de 2018.
Las picadas de motos y autos, con hordas de vehículos apropiándose de calles de alta circulación, tienen un escaso impacto en los operativos oficiales. En el final de 2016 se registraron 21 actas, en todo el año pasado 27 sanciones y hasta junio de 2018 apenas 10 actuaciones.
En relación al transporte público, los remiseros son más infractores que los taxistas. En dos años, sufrieron 151 multas, mientras que “los tacheros” solo recibieron 21 sanciones.

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