El azote de la sequía

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El desequilibrio externo se agudizará por la merma de 3000 a 4000 millones de dólares, según estimaciones oficiales, debido al impacto de la sequía en la cosecha. También hay problemas con las pasturas que complican a la ganadería y lechería.

La fuerte sequía que viene afectando desde los últimos meses a las regiones más agrointensivas del país impactó a la baja en la superficie sembrada y también reducirá los rindes de la cosecha de soja y maíz. “Ahora el problema de la sequía en la zona núcleo nos va a restar unos 3 a 4 mil millones de dólares”, afirmó ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. En la soja, parte del efecto negativo por la caída de la producción se vería compensado por la mejora de los precios que desató el deterioro de la cosecha. También hay problemas con las pasturas que complican a la ganadería y lechería. La merma de la cosecha de soja y maíz agrega más presión al déficit comercial que tocó un récord el año pasado.

“La situación continúa siendo muy crítica en gran parte de las zonas productivas del país. Si bien se produjeron precipitaciones en días anteriores, las mismas fueron irregulares. Por consiguiente, es dable esperar no sólo un incremento en superficie no cosechada para los principales cultivos estivales, sino también una merma en los rendimientos unitarios”, comienza el informe difundido ayer por el Ministerio de Agroindustria. La sequía no afectó al trigo ni a la cebada, que ya están cosechados, sino que impactó sobre la soja, el maíz y las pasturas.

Según las estimaciones oficiales, la superficie de siembra de soja se ubica en los 16,5 millones de hectáreas, una caída del 8,3 por ciento frente a la campaña anterior, de 18 millones de hectáreas implantadas. La Bolsa de Cereales de Rosario calculó que la superficie el año pasado estuvo en las 19 millones de toneladas y que esta campaña sería de 17.200 millones. Además, la fuerte caída de los rindes implicaría, para esa entidad, una baja de 5,5 millones de toneladas de producción de soja. “Comprometida por la falta de agua, el calor y el viento seco, el cultivo de soja en buena parte de la región pampeana se adentra en el llenado de granos en las peores condiciones de los últimos 10 años”, dice el informe de la Bolsa.

Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, explicó a este diario que “el escenario es bastante complejo. Hace varias semanas que no registramos lluvias consistentes y las altas temperaturas máximas han acelerado el proceso de deterioro del cultivo en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa. Nuestra última estimación es de 47 millones de toneladas de soja a partir tanto de la baja de la superficie sembrada como del rendimiento. El 80 por ciento de la soja sembrada está en condición entre ´irregular´ a ´sequía´ y este es el momento crítico de la siembra, en donde se define el rinde”.

La cosecha de soja del ciclo 2017/18 quedará por debajo de los 52 millones estimados en enero y sería la más baja desde 2011/12. La cosecha de maíz se ubicaría en los 35 millones, inferior a los 40 millones esperados. En el caso del maíz, la Bolsa de Rosario describió que “la falta de agua dominó durante enero (…) y en febrero lejos de atenuarse los problemas por la falta de agua se acentuaron las condiciones de sequía”.

Federico Bert, director de Investigación y Desarrollo de CREA, evaluó que “estamos en una situación moderadamente grave”. “Los déficit hídricos han sido importantes y muy generalizados desde noviembre al día de hoy. Los cultivos están bastante avanzados en su ciclo y por eso se va perdiendo la oportunidad de que si llueve se recuperen los rindes. La que más sufre es la soja de segunda, que se siembra justo después del trigo y la cebada. Los cultivos de invierno absorben mucha agua, por lo que la soja de segunda se implanta en suelos secos y encima después no llueve. En el caso de la soja de primera ocurre algo paradójico, porque la siembra quedó afectada porque los campos estaban inundados. También se observa un impacto fuerte en las pasturas, lo cual afecta a la ganadería y la lechería”, explicó Bert. Un factor que puede compensar, aunque sólo en parte, la baja de la producción es la presión alcista sobre los precios que disparó la sequía nacional.

A diferencia de la soja, los cultivos de invierno no enfrentan mayores problemas por la sequía. El trigo está cosechado, con una producción total del orden de las 18,5 millones de toneladas, según Agroindustria, en la misma línea que la campaña anterior, que fue de 18,4 millones. Sin embargo, la superficie implantada se redujo en un 7,2 por ciento. En una situación parecida está la cebada, cuya producción estimada es de 3,74 millones de toneladas, superior a los 3,3 millones de la campaña anterior.

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