La música de luto: Murió a los 75 años Ildo Patriarca

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Hay conmoción el Alejandro Roca por la muerte de uno de sus vecinos más distinguidos. Padecía una severa enfermedad.

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Ildo Patriarca nació en la Carlota Provincia de Córdoba el 10 de mayo de 1939. Hijo de familia de agricultores. Su madre doña María Ernesta Gamaleri y su padre Salvador se dedicaban a las tareas del campo. Su inclinación musical lo lleva a los 9 años a estudiar con Jorge Cagna, quien lo inició en las primeras nociones de música.
Luego Ildo siguió estudiando el acordeón como autodidacta, comenzando a actuar con los conjuntos locales. «Los indios de la Carlota». «Estrellas grises de Huacacha», con Severo Vietri, «Los electrónicos», «Estrellas fugaces» son algunos de los nombres de los conjuntos en los que participaba.
Estudió en Buenos Aires con Norberto Koppel y con Roberto Maggiolo, siguió actuando en distintas orquestas y también en conjuntos propios, y al mismo tiempo perfeccionándose como solista.
En el año 1981, le llega la oportunidad de presentarse como solista, destacándose en música de tangos con arreglos propios. Actúa como invitado en el «Primer Festival de Tango» en Villa Mercedes, San Luis, organizado por el Sindicato de Música de esa ciudad resultando ser la revelación como ejecutante del acordeón a piano. Se señala que en ese mismo lugar, le fue ofrecido grabar por primera vez, que se concretó con un sello de Rosario, Santa Fé a través de la diligente intervención del maestro Domingo Federico. Distinguido con la Lira de Plata, en el Segundo Encuentro Nacional de Músicos efectuado en Rosario, se consagra como eximio solista.
Junto a estas importantes concreciones, realizó diversas presentaciones en emisoras radiales y televisión del interior del país.
En el año 1982, realiza su segunda grabación, logrando exponer nuevamente su excelente nivel interpretativo, siendo reconocido en el ambiente musical como uno de los mejores intérpretes en la Argentina de este tradicional y noble instrumento.
Prosigue su actividad como solista, actuando en el Anfiteatro de Rosario, en Córdoba, Río Cuarto, Rafaela, Venado Tuerto, etc.
En 1984 actúa en la edición XXIV del Festival de Cosquín, accediendo a una invitación de Raúl Barboza.
Todo este período de gran actividad musical, tiene amplia repercusión e impresiona vivamente al público, por su estilo moderno, su gran despliegue de armonización y el prodigioso manejo del acordeón a piano, destacándose especialmente en el trabajo virtuoso de la mano izquierda.
En el año 1985, además de recitales llevados a cabo en la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, realiza presentaciones en radio y televisión.
Se concreta además su tercer grabación. Lo contratan para actuar en el «Tercer Festival de Música y Canto» (MUSICANTO) en Santa Rosa, Brasil, en noviembre del año 1985. La crítica y los músicos coinciden en destacar que la buena música, funciona con virtuosismo, gracia, calidez, con este ejecutante que rescató el sonido de este maravilloso instrumento, usando con destreza sin par su digitación, en especial su mano izquierda.
Actuó en el Centro Cultural San Martín en la ciudad de Buenos Aires, en la sala «F», dependiente de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires. A esta sintética crónica debemos agregar que este músico es también un buen compositor y muchos de los temas ejecutados son de su autoría, arreglados con singular concepción, dando un estilo muy particular a sus interpretaciones.
Actuó en el festival de la Asociación de Acordeonistas de Casilda, Santa Fe, en las ediciones 1991,1992,1993 y 1994. En abril de 1994, invitado por John Gaffoglio, un entusiasta amigo del acordeón en California, USA, actúa en Los Angeles, «Festival Argentino 94», auspiciado por la Embajada Argentina en Santa Mónica, Valle de San Fernando. Graba en Hollywood un casette como
solista con sus arreglos especiales de tangos. Desde hace muchos años residía en Alejandro Roca, Córdoba.

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  1. Mis saludos a la flia. por esta pérdida, ahora sabemos que su música también la escuchan los ángeles en cielo y que deben estar con la boca abierta como dejaba aquí en la tierra a todo aquel que lo escuchaba y veía tocar su acordeón con esa mano izquierda mágica, ya que su mano derecha siempre estaba tendida para recibir a un nuevo amigo, junto a un corazón noble, puro,sincero. Mis respetos a la flia. y permítanme quedarme con el recuerdo del músico que fue, pero especialmente de su hombría de bien.

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