Boom de micro emprendimientos entre los jóvenes cordobeses

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Ante la falta de oportunidades laborales, cada vez más jóvenes deciden emprender sus propios proyectos profesionales de manera autogestiva e independiente. Los motivos de este fenómeno que va en ascenso.

Gran parte de los jóvenes que residen en la ciudad de Córdoba enfrentan diversas dificultades al momento de ingresar al mercado laboral. Durante estos últimos años, la oferta de puestos de trabajo se redujo de manera significativa, afectando principalmente a los estudiantes y jóvenes recién recibidos.

En cuanto a las pocas empresas o particulares que buscan personal de trabajo en la actualidad, la mayoría suele exigir una serie de requisitos tales como “experiencia laboral” y contar con referencias comprobables. Esto último no deja de ser una preocupación constante entre los universitarios y egresados recientes, puesto que nunca podrán adquirir la experiencia solicitada, si no los contratan o les dan una primera oportunidad.

Si bien desde las distintas universidades y el Gobierno Provincial se intenta revertir este panorama desalentador, sus tentativas resultan insuficientes. Tanto el Programa Primer Paso (PPP) de la Provincia como los regímenes universitarios de pasantías, son de carácter restringido y limitado. De los más de 300.000 jóvenes que viven en Córdoba Capital, sólo una porción mínima se ve beneficiada con este tipo de programas y/o capacitaciones.

Frente a este complejo escenario, cada vez más jóvenes optan por autogestionar sus propios emprendimientos formando pequeñas sociedades entre sí. Tal es el caso de Ian Rapoport de 23 años, quien junto a dos amigos formaron 0DBAUDIO, un proyecto de audio, sonido e iluminación para eventos privados, tales como casamientos, cumpleaños y fiestas de 15.

“Hoy la situación laboral es complicadísima para los jóvenes. Existen grandes prejuicios a la hora de contratar a un estudiante, a quien se le exige demasiados requisitos (…) Es fundamental romper con el hábito de creer que la vida profesional comienza cuando te recibís. Es indispensable que el estudiante, a la vez que realiza su carrera universitaria, lleve adelante actividades relacionadas con lo que estudia, de forma tal que consiga un sostén económico y encuentre más motivación y pasión por lo que hace y estudia”.

Por otro lado, el estudiante de Sonido afirma que la idea de formar sociedades o cooperativas entre amigos tiene que ver con un replanteo de las nuevas generaciones de lo que es la vida, el trabajo y sus valores. “Actualmente, muchos jóvenes buscan la independencia y trabajar de lo que a uno realmente le gusta. Existe un gran rechazo a las grandes corporaciones y su ética de funcionamiento. Trabajar sin disfrutar y someterse a ser esclavo de otro, cada vez tiene menos peso. En su lugar, se busca, aunque cueste más, empezar de abajo pero con la tranquilidad que vos sos el único que determina tu destino”.

Del mismo modo, la joven Carolina Oberto, junto a sus socias Vera Fernández y Luciana Poblete, lanzaron RIZA, un microemprendimiento de indumentaria y moda. Hasta el momento, ofrecen remeras con diseños exclusivos para chicas de distintos talles, pero su idea es abrir el panorama e incursionar en otros tipos de prendas también exclusivas.

“Por ahora, empezamos a viralizar nuestras prendas a través del Facebook. Tuvimos una respuesta muy positiva y de hecho superó nuestras expectativas. En pocos días tuvimos muchos pedidos, lo cual nos entusiasma a seguir creciendo. Nuestra idea en el corto plazo es tener un local propio, pero no nos podemos quejar del impacto y la demanda de nuestras remeras en tan poco tiempo”.

La calidad de sus prendas tuvo tanta repercusión que hasta la hija de la presidenta, Florencia Kirchner, les compró un par de remeras y promocionó la marca a través de su Twitter oficial. Así también, distintos negocios del sur del país ya les encargaron el envío de sus productos.

Por su parte, la estudiante Ludmila Ávila de 22 años, es fundadora de AKARI, un proyecto de decoración y diseño de interiores. Mediante la novedosa técnica de origami, ofrece productos como lámparas, móviles, colgantes y souvenirs a través de las redes sociales. “Akari nació de la necesidad de generar un ingreso extra. Al estudiar, no cuento con el tiempo suficiente para cumplir con horarios fijos de trabajo. Con Akari tengo una gran flexibilidad a la hora de tomar todo tipo de decisiones, mientras termino mis estudios”.

Entre las ventajas de llevar adelante un negocio propio, los jóvenes emprendedores destacan la libertad al momento de desenvolverse (horarios, clientes, socios, empleados, etcétera), sin contar que todos los esfuerzos y frutos son exclusivamente suyos. “No tiene precio ser tu propio jefe. El compromiso es doble y cuando el producto está terminado la satisfacción es mayor (…) Quizás en tal o cual empresa hay que hacer carrera hasta llegar a lo que uno quiere. En cambio, ser tu propia empresa tiene un plus extra” (Oberto). “Contar con un emprendimiento personal nos fortalece como profesionales y nos genera seguridad desde el inicio. Manejamos nuestros propios criterios de trabajo y todo lo que invertimos queda para nosotros” (Rapoport).

En cuanto a las dificultades, los entrevistados mencionan el hecho de que, al no contar con un gran capital desde el inicio, el progreso se hace difícil y lento, siendo las ganancias mínimas. “La desventaja es que al comenzar, no tenés mucho dinero para hacer una gran inversión ni una carpeta de clientes. Además, siempre está la duda y el miedo de si el negocio va a funcionar sabiendo que al principio no va a dar grandes ganancias” (Ávila).

A pesar de las adversidades, estos jóvenes avanzan y se la juegan. Emprendieron sus propios proyectos arriesgándose y confiando en sus capacidades. Superada esta instancia, la recompensa les será superlativa: independencia y vivir de lo que les gusta.

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