Volver, siempre volver

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Especial- Con la guapeza de un tango de Lepera en los años 30, en medio de la noche más larga de 1978, con un Maradona sublime en el 86, ó resistiendo un tobillo lacerante en 1990…

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Guión: Pablo Callejón
Edición: Raúl Amati
Fotos: Archivo Histórico Municipal

Con la guapeza de un tango de Lepera en los años 30, en medio de la noche más larga de 1978, con un Maradona sublime en el 86, ó resistiendo un tobillo lacerante en 1990. Como ellos, ahora también. 24 años para que el mundo vuelva a observarnos con asombro. Miles de millones que enmudecerán frente a las pantallas desde cualquier lugar de la tierra. Cinco finales en 19 mundiales. Y otra vez Alemania, la final más repetida de la historia. La secuencia se extiende en los pies de Messi y el corazón de Mascherano. Sueños, de un tiempo infinito…

Fotos: web

Con la pelota de cuero, en gajos, la patriada del río de la plata resolvió el primer mundial para los locales. Argentina fue finalista ante Uruguay y ante 93 mil personas en el centenario. Fue 4 a 2 a favor de los charrúas. La selección jugó con solo 2 defensores y cinco delanteros. Peucelle, Varallo, Stábile, Ferreira y Evaristo eran los fantásticos de entonces. La disputa se midió con la faja entre los dientes, bajo la luz de mil faroles, en una esquina de la América del Sur. Volvieron con la frente marchita, como cantaba Gardel.

Fotos: Diario El Pueblo

La guerra interrumpió la cita mundial y después, todo fue de Brasil y Pelé. La copa llegó a la Argentina oscura y dictatorial de 1978 para romper el mito de los campeones morales. El diario El Pueblo advertía sobre el grito unánime de La Quiaca a Tierra del Fuego. Con un suplemento especial, cada jornada resaltaba el camino sinuoso hacia la gloria. Las publicidades de la época lanzaban ofertas mundialistas y Canal 13 ratificaba su vínculo con el deporte de elite. El duelo con Brasil parecía una final anticipada, aunque el rival de siempre ya no tenía al Rey. Y llegó Perú, en esa goleada estremecedora. Holanda era la naranja mecánica que asumía el legado de Kruiff y se encaminaba a otra final. El duelo despertaba las pasiones de un país en medio de la tragedia. El Pueblo anticipó una edición especial de 32 páginas y un poster central. En la cancha, Kempes fue amo y señor del primer gran triunfo. La selección generó una locura colectiva. Las calles silenciosas por la represión, volvieron a colmarse en una caravana festiva…

Fotos: Diario La Calle y diario Puntal

México recibió a un Maradona en su madurez, como figura excluyente de la brillante generación de los 80. La selección era un equipo cuestionado, repleto de dudas. En el país pocos creían en el milagro. Eran épocas de grandes almacenes y revelados en rollo. La democracia esperaba por una Justicia sin olvido y sin perdón. La Calle y Puntal describían la secuencia de un mundial inolvidable y la pantalla de Canal 13 era el punto de encuentro para la gran cita del fútbol. El humor de Jericles aliviaba tensiones de un equipo que nos invitaba a soñar. Pasaron los golpes coreanos, el empate con Italia y la defensa búlgara. Quedó en el camino Uruguay y fue el turno de Inglaterra. Pudo más el Rey que el Imperio. Maradona fue el barrilete cósmico y todos lloramos con Víctor Hugo. Vinieron los belgas y otra vez el Diego… La final en el Azteca nos enfrentó por primera vez con los alemanes. La historia nos reveló como Héroes. Alfonsín los recibió ante el goce de millones de argentinos. Nunca tan grande, nunca tan campeón.

Fotos: Puntal

La derrota con Camerún en el inicio del mundial de Italia fue la primera postal de de una secuencia de sufrimiento y suspenso. Argentina debía recuperar la fe perdida, advertía Puntal. Las empresas promocionaban televisores que parecían mesitas de luz y como siempre, Canal 13 era el escenario de cada partido. Un triunfo ante Rusia y un empate con Rumania nos clasificó terceros y venía Brasil. Llegaba la hora de jugarse. Maradona estaba con un tobillo doliente, pero tenía a Caniggia. Brasil decime que se siente… Fue victoria y leyenda. Con Menem en el poder, los diarios hablaban de privatizaciones y crisis económica. El país buscaba en el engaño del fútbol un alivio a la hiperinflación. Crecía el optimismo por Argentina y Diego ya era Gardel. Nació la mística de Goycochea y los penales como una advertencia para Italia. Argentina seguía de pie y buscaba contra todos la final. Goyco volvió a brillar y Siamo fuori de la Copa el local. La ostentación italiana lloraba el exilio de la final y en el futuro inmediato aparecía otra vez Alemania. Codesal hizo el resto y el llanto de Maradona los hizo Héroes Igual.


Fotos web

La era post Maradona nos alejó de la primera plana durante 24 años. El legado se descubrió en la gracia de Messi y el temple de Mascherano. Fuimos torazos en rodeo brasileño y otra vez, habrá una final y el rival será Alemania. Los argentinos coparon San Pablo, Belo Horizonte, Brasilia y el Maracaná. El himno fue un grito unánime, un coro que fortalece latidos. Las fronteras parecieron endebles ante la marea nacional. El equipa iba a ser demoledor en ataque, pero terminó siendo una fortaleza defensiva. Ya no importa. Argentina está a un paso de la conquista. Como Peucelle en el 30, el matador en el 78, Diego en el 86 y Caniggia en el 90. El domingo, cueste lo que cueste volveremos a ilusionarnos. Estamos tan cerca y una vez más, parece posible…

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