Fertilidad asistida: mejor en vacaciones

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La vida cotidiana nos suele someter a altos niveles de estrés, que se generan principalmente por las exigencias en el ámbito laboral, la mala alimentación, las pocas horas de sueño y la baja actividad física por falta de tiempo. El verano es el momento de distensión donde la ansiedad desciende y logramos relajar nuestra mente y cuerpo.
Si bien no todos los casos son iguales, la tendencia demuestra que aquellas pacientes que realizan un tratamiento durante épocas de menos trabajo o vacaciones, suelen obtener mejores resultados que aquellas que lo realizan con su ritmo habitual.

Hábitos de verano
Aprovechar el verano para poner en marcha prácticas saludables ayuda a relajarse y tener éxito en la búsqueda del bebé. Se recomienda realizar actividades enérgicas como caminar por la playa, las sierras o lugares verdes; disfrutar en pareja de una actividad al aire libre; practicar yoga, meditación o leer un libro bajo la sombra de un árbol. Del mismo modo, llevar una alimentación sana, rica en vitaminas y baja en grasas, es una práctica ideal.

Actividad física
El ejercicio ayuda a estar en buen estado y prepara a la mujer para un embarazo más saludable y un mejor parto.
Las actividades recomendadas son aquellas del tipo aeróbico, y otras como yoga y pilates, ya que mejoran la elongación, generan bienestar corporal y trabajan sobre la correcta forma de respirar, algo muy importante a la hora del parto futuro.
Sin embargo, las actividades practicadas a nivel de alta competición -como natación, ballet o correr maratones- no son recomendadas. Al proponer un excesivo desgaste físico, afectan a largo plazo el ciclo menstrual y perjudican la búsqueda del embarazo.

Fuente Diario Clarín

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