Ataques de pánico

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Son períodos en los que el individuo sufre de una manera súbita un intenso miedo o temor con una duración variable: de minutos a horas. Generalmente aparecen de repente y pueden alcanzar su máxima intensidad en unos minutos.
La persona que sufre estos episodios se siente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás.
Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar, temblores o mareos. Durante el ataque de pánico, el individuo manifiesta un nivel elevado de ansiedad y excitación fisiológica sin causa aparente.

¿Cómo afrontar el pánico?
Se requiere de tiempo y paciencia para redefinir las actitudes frente al miedo. Una de las estrategias que mejor ha funcionado consiste en la aplicación de diez reglas para afrontar una crisis de pánico:

  • Recuerde que lo que siente no es más que la exageración de las reacciones normales al estrés.
  • No es ni dañino ni peligroso, solo desagradable. Nada peor puede pasar.
  • No añada pensamientos alarmantes sobre lo que está pasando y lo que podría ocurrir.
  • Fíjese en lo que le está pasando a su cuerpo ahora, no en lo que usted teme, en su mente, que podría llegar a ocurrir después.
  • Espere y deje que pase el temor. No luche contra él. Acéptelo.
  • Cuando deja de pensar cosas alarmantes, el temor se extingue por sí solo.
  • Recuerde que lo principal es aprender a afrontar el miedo, no a evitarlo. Es una gran oportunidad para progresar.
  • Piense en el progreso que ha hecho hasta ahora, a pesar de las dificultades. Piense en lo satisfecho que estará cuando supere este momento.
  • Cuando empiece a sentirse mejor, mire alrededor y piense lo que puede planear para hacer después.
  • Cuando esté listo para continuar, comience despacio, en un estado de relajación. No necesita correr ni esforzarse.

  Horacio Vivir Mejor

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