El implante subcutáneo, anticonceptivo de largo plazo

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Es un nuevo método que se suma a las opciones anticonceptivas ya que reducen el riesgo de olvidos.
La oferta en anticonceptivos sigue creciendo. A las tradicionales pastillas y preservativos se sumaron, en los últimos años, los parches, el anillo vaginal, las inyecciones y, ahora también, el implante subcutáneo. De eso se habló en “Free standing de salud femenina” organizado por el laboratorio MSD en Colonia, Uruguay. Al encuentro asistieron médicos ginecólogos de toda la Argentina y Entremujeres fue como invitado especial.
Una diferencia entre los distintos métodos anticonceptivos está marcada por cuánto dura el efecto: los hay de corto y de largo plazo. Si bien la píldora sigue siendo el método más popular en todo el mundo, cada vez más mujeres optan por los de larga duración: su uso se incrementó globalmente un 11% entre 2009 y 2010. Muchas mujeres los eligen porque no requieren una toma diaria, semanal o mensual y, por lo tanto, se elimina el riesgo de olvidos.
“No existe un anticonceptivo único e ideal. Se debe evaluar con cada paciente qué es lo mejor para ella”, explica Analía Tablado, médica ginecóloga y ex presidente de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil. «Los métodos de larga duración se recomiendan para el momento de aceptación de la sexualidad, no para adolescentes”, agrega Fabiana Sayegh, especialista en ginecología endocrinológica y docente del Hospital Universitario de la  Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.

Anticonceptivos de largo plazo

* Implante subcutáneo: Es la novedad más reciente y está disponible en Argentina desde el 10 de agosto. Es una varilla del tamaño de un fósforo que se coloca en la parte interna del antebrazo. Debe ser aplicado por médicos entrenados y su efecto dura tres años, luego se retira y se puede colocar uno nuevo. Tiene un 99% de efectividad. Actúa liberando en forma continua la hormona progestágeno y tiene la ventaja de no contener estrógenos, por lo que es apto para fumadoras y, además, se reducen algunos efectos adversos de otros anticonceptivos, como las nauseas, el dolor de mamas o el riesgo de trombosis.
Sin embargo, se advirtió que puede generar cambios en la menstruación. “Con todos los métodos que tienen solo progestágeno, las mujeres pueden sangrar en forma cíclica (como están acostumbradas), pero también pueden sangrar de forma diversa. Un 37% de las mujeres va a seguir teniendo ciclos regulares, un 20% va a dejar de menstruar, un 32% va a tener sangrados irregulares, y un 20% va a tener sangrados que les molestan para sus vidas cotidianas (para ellas hay tratamientos específicos)”, detalla la doctora Tablado. 

* Dispositivos y sistemas intrauterinos (DIU y SIU): Existen diferentes modelos. El DIU más usado es el de cobre: debe de ser colocado por el ginecólogo dentro de la cavidad uterina y dura de 3 a 5 años. Otro es el SIU, que libera hormonas (un progestágeno llamado levonorgestrel) y dura 5 años. Se sugiere el uso en las mujeres adultas que ya tuvieron un embarazo y “muchos estudios recomiendan evitar su colocación en quienes no han tenido hijos”, advierte el doctor Sergio Pasqualini.

* Inyecciones hormonales: Se colocan cada tres  meses, por lo general en la cola, y actúan principalmente inhibiendo la  ovulación. Contienen una dosis bastante alta de una hormona de  progestágeno, similar al progestágeno natural producido en los ovarios.  Como la hormona se inyecta en el cuerpo, cualquier efecto secundario  puede continuar tanto como dure la inyección y en ocasiones más tiempo.  El sangrado es irregular e impredecible.

Anticonceptivos de corto plazo

* Preservativo masculino: Importante: es el único método que previene el contagio de enfermedades de transmisión sexual. “En las adolescentes elegimos el preservativo porque  tiene ese beneficio extra”, explica la doctora Sayegh. En las mujeres  adultas que están usando otros métodos se recomienda la doble  protección, sobre todo cuando están en relaciones ocasionales o con parejas que puedan estar en situación de riesgo.

* Píldoras anticonceptivas: Se toma  todos los días, con una semana de descanso. Aunque es el método más popular en el mundo, sigue habiendo un problema: los olvidos frecuentes.  Según una investigación realizada en distintos países, encargada por el  laboratorio MSD, entre el 39% y el 65% de las mujeres se salteaban  alguna toma, mientras que entre el 12% y el 67% de las encuestadas  incorporaban la píldora en el momento no indicado.

* Anillo vaginal: Llegó hace dos años a la  Argentina. Es una bandita elástica que se coloca como si fuera un  tampón y libera hormonas en la vagina. Debe  dejarse puesto tres semanas, luego se retira y viene la menstruación.  “Tiene la misma efectividad que la vía oral (píldoras) y no interfiere  en las relaciones sexuales. Pero en nuestro país cuesta que tenga  aceptación porque hay mujeres que no les gusta tener algo dentro de la  vagina. En España es exitoso, se usa más que las pastillas, pero acá no  tanto”, cuenta la doctora Tablado.

* Parche transdérmico: Es  similar al parche para dejar de fumar. Se coloca sobre la piel y libera  continuamente bajas dosis de hormonas (estrógeno y progestágeno). Se  usa durante tres semanas (reemplazándolo cada semana) y se descansa una,  al igual que con las pastillas. Puede colocarse en las nalgas, el  abdomen, el brazo o en la parte superior del torso, excepto en las  mamas. No tiene aceptación entre algunas mujeres por cuestiones  estéticas, ya que queda a la vista.
Existen diferentes opciones, adecuadas a cada situación. Entonces, ¿cuál elegir? “Los métodos anticonceptivos hay que pensarlos en forma dinámica. Dependen de cada mujer y de cada etapa de su vida”, concluye la doctora Sayegh.

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