«Al inicio del presente año lectivo se borró de la historia del PEAM lo dicho y actuado en el ciclo 2011»

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Por Gabriela Müller Docente del PEAM Directora del Departamento de Filosofía

«Esta vez me pongo en contacto con ustedes para compartir mi punto de vista acerca de la situación que está atravesando el Programa Educativo de Adultos Mayores (PEAM) dependiente de la Secretaría de Extension de nuestra universidad. Como es conocido por todos el PEAM es un programa destinado fundamentalmente a revalorizar a las personas de una franja etaria (el adulto mayor) que , en lo dominante, sólo es tenida en cuenta en las sociedades neoliberales (hijas del Proyecto Moderno), como agentes de consumo de la industria farmacéutica y de hogares geriátricos. A lo que suma que, muchas veces, los proyectos encubiertos en la tan celebrada “calidad de vida” esconden mezquinos intereses políticos y económicos. En este contexto y en nuestra comunidad , desde hace 20 años, el Peam se ha constituido en una poderosa fuerza para contrarrestar este vicio del sistema. En ese sentido (no sin esfuerzo , trabajo y sacrificio) docentes y coordinadores del programa -con el sostén de la Secretaría de Extensión- han logrado institucionalizar un espacio que -mas alla del enorme valor formativo en lo que hace a los contenidos de los talleres- enaltece , dignifica y dota de sentido este tramo de la vida de muchos hombres y mujeres de nuestra comunidad. Cada taller (mas o menos numeroso , detalle menor, puesto que nuestra valoración es cualitativa) lejos de ser solamente un aula en la que se socializa el conocimiento es un espacio de “logos” , de “reunión” en el que como dice Lyotard, el saber (téorico o práctico) se convierte en un “sabor” , en un deleite en el que nos sentimos tocados y hermanados , en el que nos respetamos en nuestra alteridad y nos reconocemos en nuestro ser común . Esto, más allá de las diferencias socio-culturales y económicas que se vuelven intrascendentes a la luz de la integración que nace en los encuentros. El PEAM reúne amorosamente en un día , una hora y un lugar señalado semana a semana, la vida de personas provenientes de distintos estamentos socio económicos y culturales , con distintas historias y con historias compartidas y se produce el milagro de la comunidad . En este sentido el PEAM ha sido favorecido por un kairos, pero no como en la Grecia antigua que era un designio de los dioses, sino por el esfuerzo y trabajo sostenido de sus actores. Así, si bien el PEAM pertenece a la Universidad no tiene la lógica escolar de las instituciones académicas y poco favor le haría imponérsela ad hoc. Es cierto que el Peam tiene una organización, una programación y un rigor en su tarea, pero éstos se ajustan a un “latido”, a una “escucha” irrenunciable del corazón de sus actores principales, que son sus destinatarios: los adultos mayores sin más, porque no les preguntamos en que barrio viven, ni cuanto dinero tienen en su billetera, ni si son analfabetos o profesionales: nos es suficiente para su admisión que sean adultos mayores. Despues de comenzar un ciclo 2011 lleno de angustias, incertidumbres y tensiones normales frente al cambio de conducción de la Universidad, llegamos al final de año aliviados y tranquilos, siendo conscientes de que habíamos arribado a consensos cruciales con el Secretario de Extensión que tenía el respaldo del Rector, tal como se manifestó en la Asamblea de agosto en la sala Pereira Pinto frente a todos los docentes. A partir de allí coordinadores, docentes y alumnos trabajamos siguiendo al pie de la letra las directivas de la Secretaría de Extensión: trabajo en comisiones representativas de todos los claustros, propuestas de elección de autoridades, estudio de la situación de precarización laboral de los docentes del PEAM, informes de actividades, trabajo en proyectos y planificación de actividades de cierre del año. Al inicio del presente año lectivo se borro de la historia del PEAM lo dicho y actuado en el ciclo 2011. Los acuerdos, promesas y compromisos, quedaban disueltos. Se nombro a un nuevo Secretario de Extensión quien removió a los coordinadores de sus cargos y los reemplazo por dos docentes “comprometidos con el proyecto político del rectorado” que se presentaron con la propuesta de: “democratizar el PEAM, fortalecer procesos de inclusión y profundizar los canales de diálogo con el entramado social”. La vuelta a la desazón, angustia generalizada, incertidumbre e impotencia, fue la reacción natural de los trabajadores y alumnos del PEAM. Nuestra confianza y esfuerzo habían sido traicionados. Se retrocedía en la democracia histórica del PEAM por la cual sus actores eligieron a sus autoridades, por la cual los proyectos cruciales del programa se construían desde las bases, por la cual en reuniones regulares se discutían y evaluaban todas las actividades. La “democratización, inclusión y diálogo” no aparece, por lo tanto, como una novedad para nuestra labor, por el contrario, es el horizonte bajo el cual pensamos y procedemos cada minuto que le dedicamos al PEAM. Sin embargo a eso se le suma el trabajo de profesionales expertos en el trato con adultos mayores no solo por formación y experiencia sino por una afectividad ya naturalizada. Por todo lo expuesto, la intranquilidad y movilización de docentes y alumnos no es “una maniobra de la oposición”, ni un gesto de “mala leche” como ha expresado de manera ofensiva el Vice-Rector de la Casa de Altos Estudios, quien además declaro que el actual proyecto del PEAM “está agotado”. Tampoco somos “mentirosos” ni “generamos rumores” como declarara en un medio público la Prof. Fuentes, coordinadora entrante en el programa por decisión de la Secretaría. No nos sentimos como “oposición”, somos trabajadores que creímos en el compromiso asumido y en los valores del proyecto de la actual conducción. (Lo dicho precedentemente expresa mi opinión personal sobre el tema, no involucro en este comentario a ninguna persona)

Atte.  Mg. Gabriela Müller Docente del PEAM Directora del Departamento de Filosofía Coordinadora del Centro de Estudios Filosóficos de la Facultad de Ciencias Humanas Universidad Nacional de Río Cuarto».

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