Ocurrió en un puesto de control en Erfurtl, cuando un hombre abrió fuego con un rifle e hirió a un policía. Durante la homilía, Benedicto XVI dijo que las dictaduras nazi y comunista fueron «lluvia ácida» sobre la fe.
Hubo disparos poco antes de la misa que celebró esta mañana el Papa ante unos 35.000 fieles en la domplatz -plaza de la catedral-, en esa ciudad de 200.000 habitantes de la ex Alemania del este.
Todo ocurrió al menos una hora antes del inicio de la celebración, en un puesto de control a unos 200 metros de la plaza de la catedral, cuando un hombre abrió fuego con un rifle de aire comprimido e hirió a un policía alemán. El hombre, al parecer un desequilibrado, ya fue arrestado.
El incidente, aún poco claro, ya que se desconocen los detalles, causó bastante clamor mediático. Pero pasó totalmente desapercibido entre los miles de fieles con banderitas vaticanas y sillas plegables presentes en la misa. En la plaza de la catedral de estilo gótico y muy bella por sus antiguos edificios medievales, donde se encontraba esta enviada, nadie se enteró del episodio, que no alteró para nada la celebración eucarística. Esta se desarrolló en un clima de gran tranquilidad y recogimiento, en medio de coros y cánticos en alemán y en latín.
Dictaduras nazi y comunista fueron «lluvia ácida» sobre la fe,
dijo el Papa
Las dictaduras nazi y comunista, entre 1933 y 1989, tuvieron el efecto de una «lluvia ácida» sobre la fe cristiana en la parte oriental de Alemania, dijo el sábado el papa Benedicto XVI en la plaza de la catedral de Erfurt, en pleno territorio de la ex República Democrática Alemana.
Al invitar a los católicos alemanes a renovar con el valor y el fervor que sus parientes manifestaron durante las «dificultades», el sumo pontífice se dirigió a los de la ex República Democrática Alemana, muy descristianizada: «queridos hermanos y hermanas, aquí en Turingia y en lo que era entonces la RDA, tuvieron que soportar una dictadura parda y una dictadura roja, que produjeron sobre la fe cristiana el efecto de una lluvia ácida».
El tema de las lluvias ácidas es muy sensible en la ex RDA, donde la contaminación industrial sin freno ha causado en algunos lugares enormes daños para la salud y el medio ambiente.
El Papa reconoció que «la nueva libertad», tras la caída del Muro, hizo posible dar a la Iglesia católica «nuevas posibilidades» como la «reestructuración y la ampliación de iglesias y centros parroquiales».
«¿Pero esas posibilidades se acompañaron de un crecimiento en la fe? ¿No es necesario buscar las raíces profundas de la fe y de la vía cristiana más allá de la libertad social?», preguntó el sumo pontífice.
Benedicto XVI hizo una crítica a la Iglesia alemana, considerando que está bien organizada, sigue siendo poderosa en sus estructuras, pero que tiene dificultades para transmitir un mensaje fuerte y lograr que la gente la siga en una sociedad individualista y secular.
El Papa rindió homenaje a los que bajo el régimen comunista, «en un clima hostil a la Iglesia, educaron a sus hijos en la fe católica» y «resistieron a la ideología comunista».
Todo ocurrió al menos una hora antes del inicio de la celebración, en un puesto de control a unos 200 metros de la plaza de la catedral, cuando un hombre abrió fuego con un rifle de aire comprimido e hirió a un policía alemán. El hombre, al parecer un desequilibrado, ya fue arrestado.
El incidente, aún poco claro, ya que se desconocen los detalles, causó bastante clamor mediático. Pero pasó totalmente desapercibido entre los miles de fieles con banderitas vaticanas y sillas plegables presentes en la misa. En la plaza de la catedral de estilo gótico y muy bella por sus antiguos edificios medievales, donde se encontraba esta enviada, nadie se enteró del episodio, que no alteró para nada la celebración eucarística. Esta se desarrolló en un clima de gran tranquilidad y recogimiento, en medio de coros y cánticos en alemán y en latín.
Dictaduras nazi y comunista fueron «lluvia ácida» sobre la fe,
dijo el Papa
Las dictaduras nazi y comunista, entre 1933 y 1989, tuvieron el efecto de una «lluvia ácida» sobre la fe cristiana en la parte oriental de Alemania, dijo el sábado el papa Benedicto XVI en la plaza de la catedral de Erfurt, en pleno territorio de la ex República Democrática Alemana.
Al invitar a los católicos alemanes a renovar con el valor y el fervor que sus parientes manifestaron durante las «dificultades», el sumo pontífice se dirigió a los de la ex República Democrática Alemana, muy descristianizada: «queridos hermanos y hermanas, aquí en Turingia y en lo que era entonces la RDA, tuvieron que soportar una dictadura parda y una dictadura roja, que produjeron sobre la fe cristiana el efecto de una lluvia ácida».
El tema de las lluvias ácidas es muy sensible en la ex RDA, donde la contaminación industrial sin freno ha causado en algunos lugares enormes daños para la salud y el medio ambiente.
El Papa reconoció que «la nueva libertad», tras la caída del Muro, hizo posible dar a la Iglesia católica «nuevas posibilidades» como la «reestructuración y la ampliación de iglesias y centros parroquiales».
«¿Pero esas posibilidades se acompañaron de un crecimiento en la fe? ¿No es necesario buscar las raíces profundas de la fe y de la vía cristiana más allá de la libertad social?», preguntó el sumo pontífice.
Benedicto XVI hizo una crítica a la Iglesia alemana, considerando que está bien organizada, sigue siendo poderosa en sus estructuras, pero que tiene dificultades para transmitir un mensaje fuerte y lograr que la gente la siga en una sociedad individualista y secular.
El Papa rindió homenaje a los que bajo el régimen comunista, «en un clima hostil a la Iglesia, educaron a sus hijos en la fe católica» y «resistieron a la ideología comunista».