Caso Nicolás Sabena – La Cámara revocó la prisión preventiva y cuestionó las presiones sobre los jueces

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ANTICIPO TD – Los Vargas serían liberados en las próximas horas, aunque seguirán imputados.

Los jueces de la Cámara Primera del Crimen resolvió revocar la prisión preventiva de los integrantes de la familia Vargas, imputados por la desaparición de Nicolás Sabena, y los acusados podrían sufrir un nuevo pedido de prisión luego de que el fiscal Julio Rivero agravara la acusación, tal como adelantó TD Digital.
Los jueces Jorge Piovano, Virginia Emma y José Varela Geuna cuestionaron además “la presión” sobre los jueces ejercida por el abogado querellante de Rosa Sabena, el doctor José Sagarraga.
En el dictamen al que pudo acceder TD Digital, apuntan contra “el esforzado querellante que sostuvo que la sociedad civil espera respuestas contundentes del Poder Judicial”.
«Sólo podemos ofrecer apego incondicional a la Ley y los mayores esfuerzos en pos de dar a cada uno lo suyo, fueran los destinatarios o no los preferidos por la opinión pública. En nada colabora presionar al Juez, porque a la verdad no se accede por esa vía, debiendo recordarse siempre nuestra condición humana y por consiguiente falible, y aún así con la alta misión de restablecer el equilibrio roto respetando los derechos de todos”, indicaron.
Finalmente, resolvieron “revocar, en todo cuanto fuera materia de recurso, el Auto Interlocutorio Nro. 68 dictado por el Sr. Juez de Control”
Ahora, se espera que los detenidos – José Vargas Miserendino, José Vargas Flores, Lucía Inés Vargas y Adelina Flores – sean liberados y declaren nuevamente bajo la imputación de privación ilegítima de la libertad agravada por homicidio, que implica una posible pena de reclusión perpetua.

Críticas

Los jueces recordaron en su resolución las críticas del abogado defensor Jorge Valverde «respecto del modo en que se ha designado a los funcionarios fiscales a cargo de la investigación quienes, a su juicio, han sucumbido ante evidentes presiones».
Valverde apuntó «al erróneo manejo de prueba, atribuyendo a los investigadores y al juez de control un ocultamiento de la misma que calificó de temerario y negó de este modo, la existencia de acreditaciones que justifiquen el dictado de la medida de coerción que cuestiona».
Dijo que el magistrado de control «resolvió sin leer el expediente», expresando que «se limitó a repetir los argumentos del Ministerio Público, omitiendo valorar prueba que modifica el contexto de la causa».
Valverde manifestó que «se investigó por dos años, se dispusieron innumerables allanamientos y rastrillajes en la propiedad de la familia Vargas y se les receptó declaración como testigos, por lo que en dos oportunidades se solicitó se les permitiera ejercer su defensa, lo que les fue denegado pese a que eran evidentemente sospechados».
El defensor había considerado que “el manejo supera lo arbitrario, rozando lo mal intencionado” y que “para fundar una detención ilegal, se utilizaron pruebas no contempladas en nuestro ordenamiento procesal».
La Cámara admitió que «el señor Juez de Control, incorporó con rigor textual, prácticamente la totalidad de la resolución del Fiscal de Instrucción».
«En un muy ligero análisis de la prueba de presunciones de la que se valió el Fiscal al disponer sobre los apresamientos cautelares, dejando sin atender –al igual que el Fiscal- profusa probanza incorporada a la causa», resaltaron.

«Error grave»

En la investigación surge que el 14 de septiembre de 2008 se pierde todo contacto telefónico con Nicolás quien mantenía comunicaciones con su hermano Federico y con los hijos de los Vargas. Cinco días después la mamá del joven denuncia su desaparición.
En la llamada que Nicolás hizo con su novia el día 14 le dijo que estaba en la quinta de los Vargas y que su teléfono «se quedaba sin batería».
Los jueces calificaron como un “error grave” del fiscal y el juez de control “recurrir a los testimonios rendidos por los integrantes de la familia Vargas, para elucidar lo ocurrido ese día”
Añaden que “la misma suerte deben correr los supuestos aportes de un testigo de identidad reservada del que este Tribunal desconoce en contenido”

Sin certezas

En la fundamentación surge el aporte de Beatriz, una testigo que conocía a las mujeres de la familia Vargas por las visitas en la Cárcel, dijo que el día en que se perdió contacto con Nicolás fue a la quinta y no vio al joven.
De todos modos, también se hace referencia a otros testimonios de personas que aseguran haber visto a Nicolás después del día 14. Incluso, el joven habría ido a buscar trabajo el 16 de septiembre a la Consultora de Karina Cullen y Andrea Devandi.
“La hipótesis impide sostener como gravemente probable que su desaparición se haya producido específicamente el día 14 de septiembre de 2008”, evaluaron los jueces.

Drogas, ¿la causa?

La Cámara apuntó también contra el presunto móvil del hecho que habría provocado la desaparición forzada de Nicolás por parte de los Vargas.
Señalan los magistrados que «la deuda de Sabena con Pepe Vargas por compra de cocaína no era única».
El mismo testigo  aludió a la existencia de otros acreedores , como un sujeto de alias “Tosquita” y una tal “Gringa”,  «a los que cambiaba como proveedores, a medida que se le acumulaba deuda».
Recordaron que según el testimonio del remisero Bustos, Nicolás era consumidor habitual de estupefacientes y se proveía en “Tosca”, “Ramón”, “Vargas Parra”, “Sapo”, “Cutín” y otro “flaco y alto”.
Los jueces destacaron que “la vinculación  con el mundo de las drogas parece no agotarse en la adquisición para consumo”
«Algunos datos merecen mayor profundidad investigativa y son las vertidos por otros remiseros. Lo dicho no implica en modo alguno menoscabar a quien aparece como víctima sino, por el contrario, ahondar en circunstancias de vida que son génesis de situaciones de riesgo”, indicaron.

«Era su amigo»

En la descripción sobre los Vargas en los fundamentos se desprende que José F»compartió salidas con Nicolás, era su amigo y es muy posible que fuera el que lo llevara a vivir a su casa».
Sobre su padre señalan que  «lo recibió cuando llegó y en plena pesquisa concurrió a casa de la novia para interiorizarse por la suerte de Nicolás».
«Lucía -según evaluaron los jueces- fue quien mayor contacto telefónico tuvo y se la dice vinculada sentimentalmente con el jovencito».
Finalmente, de Adelina Flores consideraron que «no es posible hallar luego de la cabal lectura de la totalidad del sumario, una sola referencia que la acerque o la vincule con Nicolás Sabena que más no fuera la permanencia de éste en su domicilio en lo que parece ser costumbre de la familia Vargas».

Pruebas que no cierran

Al hacer referencia a la sangre detectada en un cuchillo secuestrado en la casa de Vargas y el procedimiento mediante utilización del Luminol, para los jueces «carecen de un resultado inequívoco».
«No se advierte de qué manera pueden aportar a la hipótesis de la retención forzada de Nicolás a manos de los Vargas.  Las manchas tienen el mismo grupo sanguíneo de Nicolás y de uno de los integrantes de la familia Vargas. De todos modos, escasas gotas al lado de una cama, en el piso, en un balde y en el asiento trasero de uno de los vehículos de los Vargas no constituye un indicador de responsabilidad penal», subrayaron.

Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar)

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