Según un informe de ONU, Argentina es el país de la región con mayor consumo de cocaína

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Se estima que un 2,6% de la población argentina consume cocaína y un 7,2% marihuana. Preocupa el crecimiento de la violencia en los países de tránsito.
El consumo de cocaína en la Argentina encabeza el ránking de países sudamericanos, con un total del 2,6% de la población, seguido de Uruguay (1,68%) y Chile (1,31%). Es la primera vez que la situación de nuestro país se equipara con los Estados Unidos, cuya tasa hasta hora lo convertía en único líder de consumo a nivel mundial. En el mundo, se calcula que el número de consumidores anuales de cocaína oscila entre 15 y 19,3 millones.
Una situación similar ocurre con la pasta base o paco, sólo que Chile ocupa el segundo lugar con un 0,68% detrás de nuestro país, cuyas cifras involucran al 0,54% de la población.
Pero, al margen de estas cuestiones, el informe destaca positivamente que la producción mundial de cocaína se redujo de modo significativo en el período comprendido entre 2004 y 2009, y sobre todo el último año (2008 a 2009), que disminuyó un 5%.
Los consumidores de marihuana constituyen el principal grupo de consumo de drogas ilícitas, con un total de entre 129 y 190 millones de personas en todo el mundo. Argentina es el país de Sudamérica con mayor consumo de cannabis, con un 7,2 % de la población de entre 15 y 64 años de edad, seguido por Chile (6,7%) y Uruguay (6%).
América es el segundo continente con mayor consumo de marihuana, detrás de Oceanía, mientras que Europa y los Estados Unidos son, por excelencia, mercados líderes en el consumo de cocaína a nivel mundial.
Las restricciones e incautaciones en algunos países como Colombia delinearon un nuevo mapa mundial: los traficantes recurren cada vez más a los llamados “países de tránsito”, como Ecuador o Venezuela, incrementando enormemente el grado de violencia e inseguridad de dichos países, y convirtiéndose en una grave amenaza política.
El relevamiento hace hincapié en la relación entre la inestabilidad y el tráfico de drogas. En América latina, los países que viven mayor corrupción y violencia, son los que más involucrados se ven en el tráfico de drogas. Mientras que la cocaína y heroína constituyen principalmente el tráfico de larga distancia, gran parte de la producción de marihuana y otras drogas se realiza de manera local.
En el informe, se hace referencia a lo establecido en una sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1998, que proponía “trabajar para la eliminación o, al menos, la reducción significativa del abuso y producción de las drogas ilícitas para 2008”. Ante el panorama mundial reinante, la ONU se pregunta si esto será posible con miras a los próximos 10 años.
Por lo pronto, afirman que “una clara lección en la historia del control sobre las drogas, es que la mera suma de esfuerzos descoordinados nacionales y sectoriales jamás pueden traducirse en un éxito global.”

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