Para el fiscal, los Vargas armaron su versión sobre la desaparición de Nicolás

0
Compartir

Se confirma el secuestro de datos que tenían de los investigadores y el santuario a La muerte. La curiosa forma en que se presentan los Vargas ante la Justicia.
Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar) – En la resolución del fiscal Jorge Medina, quien dictó la prisión preventiva para los Vargas por la desaparición de Nicolás Sabena, se precisa que los miembros de  la familia armaron su relato.
«En forma coincidente relataron que Sabena estuvo viviendo en la quinta y que el día 14 se ausentó sin que nada más supieran del mismo. Sin embargo, brindan distintas versiones en cuanto a qué hizo Nicolás en el curso de ese día», indicó en el dictamen al que accedió TD Digital.
La intercepción de comunicaciones entre los cuatro miembros de la familia Vargas deja en claro que en relación a la ausencia de Sabena, «había que decir aquello en lo que habían quedado y nada más».
Del análisis de las comunicaciones surgen la inusitada cantidad de mensajes y llamadas que los hermanos Vargas cruzaron con Nicolás (casi mil en total) vía teléfono celular, lo cual denota su apego a la utilización de esa vía de comunicación de la que no se separaba bajo ninguna circunstancia.

Inmadurez

Las conclusiones de la autopsia psicológica e Sabena ponen de relieve el padecimiento de una inmadurez evolutiva emocional que «descarta la posibilidad de tomar decisiones tales como la de ausentarse de la ciudad o de atentar contra su integridad física».

“San la Muerte”

En el último allanamiento producido en la finca de los Vargas se secuestraron armas, celulares, efectos personales de Nicolás Sabena, un pequeño santuario pagano con el culto a “San La Muerte” y un cuaderno conteniendo datos que involucran a todas las personas intervinientes en la investigaciones (funcionarios judiciales y policiales).
Además, «se secuestró un calendario en el que se observa el asentamiento de los distintos pasos procesales cumplidos en este caso en particular, como así la determinación de las guardias policiales de la Departamental local».

Así se presentan

José Francisco Vargas Miserendino se presenta como un “trabajador rural, con estudios primarios incompletos e ingresos aproximados de 800 pesos mensuales”.
Por su parte, Adelina  Flores, es de profesión enfermera, tiene estudios terciarios completos y  cuenta con un sueldo de 4500 pesos mensuales. Vive con su esposo y sus dos hijos de 32 y 31 años de edad, respectivamente.
Vargas y su esposa no registran antecedentes computables, aunque el hombre recibió una condena por un caso de drogas.
El hijo de ambos, José Vargas, asegura ser artesano y busca concluir el secundario en la cárcel donde se encuentra purgando una pena.
Finalmente,  Lucía Inés Vargas, es personal trainer, tiene estudios universitarios completos y cobra 25 0 30 pesos la hora.

Commentarios

commentarios

Compartir