Expansión Monetaria y Producción

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En Argentina, la base monetaria medida inter-anualmente habría crecido en Julio una tercera parte sobre el año anterior. Este crecimiento de un tercio en un año, naturalmente no ha sido acompañado por un aumento en la producción equivalente. Si la moneda aumenta y no hay una demanda de dinero creciente, la repercusión será sobre los precios. Por otro lado, la emisión de pesos no encuentra su límite por el ingreso de dólares que provienen de una cosecha record.  Si bien el aumento de dinero puede ser neutralizado la Presidente de la Nación no ha querido aumentar los encajes para no subir la tasa de interés, y desde el Banco Central no han querido esterilizar el dinero mediante la colocación de deuda interna vía letras del tesoro.

 

Si no hay esterilización del dinero hay dos alternativas posibles una mala y otra buena. La alternativa mala es que la gente empiece a sentir que el peso vale cada vez menos y busque sacárselos de encima. Dicho en dos palabras se cae el supuesto que mantiene la demanda de dinero de que la velocidad de circulación es constante y entonces la reacción de la gente, esa que el Gobierno no puede controlar, provocaría la suba de precios precisamente por una menor demanda de dinero. 

La alternativa buena es el aumento de la producción. Es el camino elegido por el Gobierno. Esta alternativa depende entonces no de la reacción de la gente y la demanda, sino de los empresarios y su decisión de aumentar la oferta. Aquí, hay tres comentarios que hacer:

El primero es que en Argentina el ahorro sigue estando unos 4 puntos arriba de la inversión. Mientras el primero orilla el 27 % del producto interno bruto la inversión se encuentra en un 23 % del mismo. Eso significa salida de capitales, atesoramiento, pero no ampliación de la oferta y debe ser mirado como un llamado de atención sobre el comportamiento empresarial sobre el cual se ha realizado la apuesta del Gobierno al emitir sostenidamente y ampliar la base monetaria.
La segunda cuestión, tiene que ver con la capacidad instalada. Actualmente quedó claro que no hay suficiente provisión de energía. Que para abastecer los hogares hubo que parar el abastecimiento de gas a la industria. En todo caso, las inversiones en infraestructura para aumentar la provisión de insumos a la producción empresarial como la energía tiene períodos de madurez mayores a los dos años.
La tercera cuestión es que la economía puede estar trabajando cerca del producto potencial y por ende no exista ya capacidad ociosa. Por caso el desempleo se encontraría cercano al 7, 9 % o sea una cifra que no se ve desde 1994, lo cual requeriría según los expertos, más innovación, más calificación de los trabajadores y en definitiva el aumento de la productividad para crecer. En todo caso, el momento es adecuado, dado el dólar barato para incrementar la introducción de progreso técnico, pero esto, viene a ser un elemento del problema citado anteriormente, esto es hay que invertir en capital nuevo con mejoras tecnológicas incorporadas y competir, lo cual no parece ser la realidad que impera en Argentina. Por otro lado la calificación de los trabajadores si bien es un cambio de largo plazo que debe acompañar la frontera tecnológica cambiante, no puede ser la variable respuesta a un aumento tan rápido de la base monetaria.
 

Así las cosas, la economía encuentra por un lado un problema de inversión insuficiente en relación al ahorro, una asincronía entre los tiempos requeridos para la madurez de la inversión y la velocidad a la que se incrementa el dinero y finalmente que no parece ya existir mucha capacidad ociosa disponible dado que el empleo se encuentra cercano al producto potencial. Hoy por hoy, quienes viajan a Perú, Brasil u otros países ven que el peso no figura en las cotizaciones como moneda importante para realizar transacciones. Es un indicio de que la emisión sin la consiguiente producción en un contexto de alta inflación es una apuesta de altísimo riesgo. En todo caso, pese a que el Ministro de economía dice que no hay inflación y apenas desajustes de algunos precios, la gente no deja de ir al supermercado y está en sus manos aumentar la velocidad de circulación. Ojalá la clase empresarial esté a la altura de las circunstancias porque de lo contrario, el país saldrá mal de este estrategia de apostar tan fuertemente al aumento del dinero y con ella al aumento de la producción.

Roberto Tafani

 

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