Cuatro DT tambalean tras apenas tres fechas

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Borghi se puso la soga al cuello solo y agitó el avispero en Boca. Caruso Lombardi comanda al único equipo que todavía no sumó puntos. Troglio no pudo mantener la jerarquía del Argentinos campeón y Rivoira tiene cada vez menos crédito en Huracán
El discurso es siempre el mismo, pero la realidad va cada vez más a contramano. «El fútbol argentino vive en una locura constante y el técnico siempre es el fusible», se repite una y otra vez para explicar o justificar la salida de un entrenador apenas iniciada una temporada.

A tanto llegó esa histeria que Claudio Borghi, tal vez aquejado por la presión, empezó a cavarse solito su tumba en Boca, cuando dirigió tan solo tres partidos oficiales. Dijo, después de la derrota con All Boys, que «el resultado contra Vélez es determinante» para su continuidad.

Nadie se lo había pedido en Boca, por más que algunas actitudes del DT ya empezaran a molestar a algunos directivos. Sin embargo, las principales autoridades del club, así como también los máximos referentes del plantel, Juan Román Riquelme y Martín Palermo, salieron a bancarlo.

Un punto sobre nueve en disputa es poco, y lo que se evidencia a partir de una mirada superficial es que el equipo no logró mejoría respecto del de la temporada pasada, pese a tener una base nueva de jugadores. «Bichi» sacó un modesto 11,11% de los puntos en juego, cuando en toda su carrera acumula un 53,4% de efectividad.

Caruso Lombardi fue el protagonista en la víspera del Apertura. Su pataleo por el armado del fixture lo puso en primer plano, pero cuando empezó a rodar la pelota su Tigre no encontró respuestas ante ninguna situación. El resultado es que perdió los tres partidos y quedó en la cuerda floja.

Mientras tanto, en Victoria ya comenzaron a bajarse nombres para una eventual sucesión: Néstor Gorosito, Leonardo Astrada y Fernando Gamboa, por caso. Aunque de frente no faltaron mimos para el DT vigente, a quien respaldaron. El resto lo dirán los resultados. Por ahora, desde su regreso el entrenador de la barba candado cosechó un 36,36% de efectividad. Su porcentaje general es algo más alto: 46,3%.

En la Paternal apagaron rápido las luces y la música de los festejos. Desde la salida de Borghi se supo que ya nada iba a ser lo mismo. El plantel se depuró, llegó Pedro Troglio y el ex mediocampista de la selección argentina no pudo lograr siquiera un espejismo del equipo que se coronó en el Clausura.

Argentinos Juniors sacó un punto. Es decir que Troglio tiene la misma efectividad que la que ostenta su predecesor, ahora en Boca: 11,11%. En la general, está apenas un pasito por encima: 54,6%. Nada de eso importa cuando las derrotas se suceden una tras otra. Aun cuando se supone se trata de un equipo con mayor margen que el resto.

En Huracán, la historia de Héctor Rivoira comenzó torcida desde el momento en que la comisión directiva decidió reemplazar a un técnico como Ángel Cappa por otro de ideas y características bien diferentes. «Chulo» completó una aceptable campaña en el último Clausura, pero jamás se metió en el corazón del hincha.

En el campeonato actual suma dos derrotas al hilo que le bajaron a un 40% su efectividad en el club de Parque Patricios, un número superior al 33,8% que acumula en toda su carrera como entrenador. Si sigue o lo invitan a seguir otro camino se definirá en el corto plazo de un club que ya empieza a mirar de reojo la tabla de promedios.

En capilla
La lista podría continuar con otros nombres que apenas si gozan de mejor salud. Daniel Garnero es de algún modo la descarga del hincha de Independiente para con una dirigencia que no le renovó el vínculo a Américo Gallego, hombre respetado en la tribuna.

En Gimnasia de La Plata, desde antes del comienzo del campeonato estuvo en duda la continuidad de Diego Cocca, que por ahora sacó dos puntos en las tres primeras fechas, y con la presión de dirigir a un equipo que se acostumbró a pelear para mantener la categoría

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