Secretos de Familia – La visión que impone la Iglesia de Río Cuarto a través de sus comunicados

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Informe, Cuarta entrega – «El matrimonio no puede ser objeto de votación parlamentaria… Lo razonable es reconocer el dato de la realidad tal como es: siempre se es hombre  como varón ó mujer. Las demás formas son de algún modo, desviaciones de lo natural», se indicó en el severo comunicado de la Iglesia contra el matrimonio gay. Sobre el aborto, en la Diócesis de Río Cuarto advierten: «la despenalización del aborto equivale, en los hechos, a su legalización y se configura como gravemente contraria a la dignidad del ser humano»

En medio de la discusión por el matrimonio homosexual en el Congreso y a partir de la aprobación del Registro de Uniones Civiles en la ciudad, desde la Diócesis de Río Cuarto emitieron una serie de comunicados que definen su posición hacia la visión tradicional de familia y, fundamentalmente, sobre el rechazo enfático por la formalización de nuevas alternativas.
El mensaje de Monseñor Eduardo Martín durante el pasado fin de semana, que fue leído en todas las misas, fue uno de los textos más severos del Obispo sobre la temática.
«Estamos frente a una situación de grave peligro para el futuro de la patria, pues se pretende con los proyectos de ley de uniones homosexuales cambiar la estructura fundante de la sociedad, con graves consecuencias sociales, y de un modo particular en el ámbito de la educación de la niñez y de la juventud», afirmó.
Consideró Martín que «hay que afirmar con toda claridad que según el designio creador de Dios no hay otra forma de ser humano que ser varón y mujer».
«El matrimonio no puede ser objeto de votación parlamentaria, en cuanto a su esencia, pues es una realidad que viene de la creación y no de un consenso. Lo razonable es reconocer el dato de la realidad tal como es: siempre se es hombre  como varón ó mujer. Las demás formas son de algún modo, desviaciones de lo natural»
El Obispado también adhirió al planteo sobre «el bien inalterable del Matrimonio y la Familia» en la Declaración de la 99ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina.
«La Iglesia está llamada a extender este diálogo a la convivencia humana. El diálogo para ser fecundo debe ser claro, afable, sencillo y confiado. Todo esto lleva implícito el respeto a la persona que vive, siente y piensa de un modo diferente. Todos estamos llamados al amor de Dios», se afirma en un texto que las organizaciones homosexuales advierten como contradictorio con la postura que ante el casamiento Gay tuvo la Iglesia.
En el mismo texto se añade que «el matrimonio es la forma de vida en la que se realiza una comunión singular de personas, y ella otorga sentido plenamente humano al ejercicio de la función sexual.»
«El matrimonio es un don de la creación. No hay una realidad análoga que se le pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas; tiene características propias e irrenunciables, que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad», se indicó.
El documento añade que «si se otorgase  un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, o se las pusiera en un plano jurídico análogo al del matrimonio y la familia, el Estado actuaría erróneamente y entraría en contradicción con sus propios deberes al alterar los principios de la ley natural y del ordenamiento público de la sociedad argentina».
«La unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y de la familia. Está ausente de ella la dimensión conyugal y la apertura a la transmisión de la vida…. Constatar una diferencia real no es discriminar. La naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer», subrayó.
Finalmente, en la Declaración Ciudadana por la Vida y la Familia, publicada en el portal de internet de la Diócesis, se apunta al aborto, uno de los ejes de fuerte discusión social que podría convertirse en debate parlamentario en los próximos meses.
«El derecho a la vida es el presupuesto de todos los derechos. Su privación implica la supresión o negación de todos los demás derechos humanos. Por ello, nadie, ya sea juez, legislador, funcionario o simple ciudadano, tiene derecho a disponer, bajo ningún pretexto, de la vida de un ser humano. El aborto procurado es siempre una conducta injusta que priva a una categoría de seres humanos, los niños por nacer, de su derecho a la vida», se indicó.
Para la Iglesia, «la despenalización del aborto equivale, en los hechos, a su legalización y se configura como gravemente contraria a la dignidad del ser humano, a sus derechos fundamentales y a la misma Constitución Nacional».

Secretos de familia, informes especiales
* Primera entrega: ¿Hasta que la muerte los separe?
* Segunda entrega: Los chicos, botín de guerra
* Tercera entrega: La adopción que no es pareja
* Cuarta entrega: La cruz de la familia
* Quinta entrega: Hogar, amargo hogar

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Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar

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