Las visitas de un joven Gardel a Río Cuarto y la sorprendente campaña para hacerle un monumento

0
Compartir

El 24 de junio de 1935 a los 44 años fallecía en  Medellín Carlos Gardel, convertido con el paso del tiempo en el  símbolo del cantor argentino y uno de los principales emblemas de  la cultura popular. Estuvo en dos oportunidades en la ciudad, cuando aún no tenía la masiva fama que lo convirtió en un mito. En los años 80, el Tango Club lanzó la idea de hacerle un monumento y los vecinos donaban hasta  las cucharas de bronce para concretar la propuesta.

Foto: Carlos Gardel junto a Razzano. Recuadro, monumento al Zorzal en la ciudad.

El 24 de junio de 1935 a los 44 años fallecía en  Medellín Carlos Gardel, el símbolo del cantor argentino y uno de los principales emblemas de la cultura popular.
El «Zorzal Criollo» estuvo en dos oportunidades en la ciudad, cuando era casi un desconocido en la música popular nacional 
El historiador Mayor Laferrere recuerda que las presentaciones se realizaron en 1919 y 1922. En la segunda oportunidad llegó acompañado con su compañero entrañable de la música, el extraordinario guitarrista José Razzano.
Aunque los diarios de la época no describen las canciones que interpretó, se conoce que logró un notable éxito de público en el Bar El Plata y habría realizado una especial participación en el Centro Español.
Omar Isaguirre, responsable del Archivo Histórico, precisó que «en su primera visita estuvo durante varias horas en la ciudad y cuando regresó lo hizo en el marco de una gira nacional».
«Sin el acceso a la radio, Gardel no había logrado la fama que lo convertiría en el gran símbolo del tango. Tampoco había iniciado su paso por el cine que le daría notoriedad internacional. Sin embargo, los riocuartenses quedaron encantados al escucharlo y fue todo un éxito», manifestó.

El monumento

Río Cuarto es una de las pocas ciudades del país que cuenta con un monumento en tamaño real de Gardel.
En diciembre de 1986 se emplazó en la calle Sadi Carnot y Mitre una figura realizada en bronce con pátina florentina y con una altura de 2.50 metros, obra del escultor Reynaldo Baduna.
Estaba ubicada en la Plaza Emilio Jautz pero finalmente fue trasladada al Centro Cultural del Andino, donde se encuentra actualmente.
«Para conseguir el bronce se hicieron festivales que permitieron reunir el dinero. Aunque también hubo donaciones de riocuartenses que regalaban hasta cucharas. Fue una experiencia inolvidable», expresó Isaguirre.

A 75 años

El 24 de junio de 1935 a los 44 años fallecía en  Medellín Carlos Gardel, convertido con el paso del tiempo en el  símbolo del cantor argentino y uno de los principales emblemas de  la cultura popular.
Cantor principal e inalcanzable del tango, Gardel no nació sin  embargo en la Argentina, país al que llegó a los 2 años junto a su  madre Bertha, ni con ese nombre.
Según los documentos históricos más confiables y aceptados,  quien sería conocido como “El morocho del Abasto”, “El zorzal  criollo” o “El mudo” y pasara a la inmortalidad cuando acabó su  vida en un accidente de aviación 75 años atrás, había nacido el 11  de diciembre de 1890 en la ciudad francesa de Toulouse bajo el  nombre de Charles Romuald Gardés.
Establecido en el Abasto, quien sería después el gran cantor  argentino cursa sus estudios en escuelas públicas del barrio hasta  segundo año del secundario, trabaja como tramoyista de teatro y  alentado por el famoso payador José Betinoti comienza su carrera  musical cantando en distintas fondas hasta que para el Centenario  (1910) era número del café O`Rondemann.
Para 1911 nace su dúo con José Razzano, que permanecerá activo  hasta 1925 cuando inicia su carrera solista ante las dificultades  vocales de Razzano, y en 1912 graba sus primeras canciones en  solitario para el sello Columbia.
Luego de estas primeras grabaciones, con títulos como “A mi  madre”, “Brisas de la tarde”, “Pobre flor” y “Mi china cabrera”,  en un repertorio mayormente folclórico que reunía valses criollos,  estilos y vidalas, Gardel desarrolla su trabajo artístico con  Razzano pero no entrega nuevos registros discográficos hasta 1917,  año en que firma para la Casa Glucksman, luego adquirida por  Odeón, sello para el cual grabó hasta 1933.
Ese 1917 es también el año en que Gardel graba su primer tango,  “Mi noche triste”, de Samuel Castriota y Pascual Contursi, que  había sido estrenado por el dúo Gardel-Razzano en el teatro Empire  ese mismo año.
Gozando de una creciente popularidad, el dúo recorre distintas  ciudades del interior y países limítrofes y en 1921 se le agregan  los guitarristas José Ricardo y Guillermo Barbieri, debutando en  Madrid en 1923, presentación que da inicio a una prolífica  actividad en Europa, donde Gardel grabó dos largometrajes.
Si bien todo el período que va entre el 17 y comienzos del 30  está fuertemente marcado por el acompañamiento de guitarras, en  1924 graba con la orquesta de Francisco Canaro y en 1925 con la de  Osvaldo Fresedo.
De esta época son canciones y tangos como “Carrerito”, “El  ciruja”, “Del barrio de las latas”, “Esta noche me emborracho”,  entre otros.
En 1930, y después de haberse presentado con éxito en París en  1928, Gardel protagoniza para la Paramount de Francia las  películas “Luces de Buenos Aires”, con música de José Matos  Rodríguez (autor de “La cumparsita”) y la orquesta de Julio De  Caro y con la actuación de Sofía Bozán y Pedro Quartucci, entre  otros.
Y “Esperame”, con guión de Alfredo Le Pera y que da inicio a  una fructífera colaboración musical, que se da a conocer con  “Melodía de arrabal”, “Silencio” y “Me da pena confesarlo” y que  luego ofrecerá títulos inmortales del cancionero popular como “El  día que me quieras”, “Cuesta abajo” y “Volver”.
La colaboración Gardel-Le Pera que se inicia en 1932 marcará  toda la producción posterior del cantante, su etapa más exitosa y  la más recordada luego de su muerte, e incluye tanto canciones  como películas.
Siempre con guión de Le Pera, entre 1933 y 1935 Gardel  protagoniza, filma y produce para la Paramount de Nueva York las  películas “Cuesta abajo”, “El tango en Broadway”, “El día que me  quieras” y “Tango bar”, en las que con acompañamiento orquestal  quedaron registradas “Mi Buenos Aires Querido”, “Rubias de Nueva  York”, “Volver”, “Sus ojos se cerraron”, “Lejana tierra mía” y  “Por una cabeza”, entre otras canciones.
Cuando la muerte lo encuentra en Medellín, Gardel se  encontraba realizando una gira latinoamericana que había comenzado  en Puerto Rico, continuó en Curacao, distintas ciudades de  Venezuela y Colombia y que lo llevaría por Cuba y México.
Diecinueve meses atrás, el 7 de noviembre de 1933, había  abandonado la Buenos Aires, después de haber dejado registrado  “Madame Ivonne”, última de sus grabaciones discográficas realizada  en el país un día antes de partir.

Commentarios

commentarios

Compartir