Por Lic. Cecilia Reboyras.
Hace sólo dos meses, analizábamos las consecuencias de la inflación sobre la actividad económica local y mencionábamos las positivas y negativas; concluíamos además que esta positividad no podría durar
mucho tiempo ya que en el mediano y largo plazo, las consecuencias negativas terminarían compensando a las positivas. Hoy, a poco de culminar el segundo trimestre del año, ya contamos con datos para aseverar lo anterior: la economía local está perdiendo impulso por la pérdida de poder adquisitivo, de una manera alarmante.
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