Lo dijo el doctor José Sagarraga, abogado de uno de los siete procesados por las trágicas explosiones del 5 de diciembre de 2007 en la Universidad. Esta será su principal argumentación durante la segunda audiencia de apelación que se desarrollará el próximo lunes en la Cámara Federal de Córdoba. Evaluó que «Mattea, en lugar de adecuar la experimentación a las posibilidades que brindaba la Planta intentó que el lugar se adecuara a su investigación».
El doctor José Sagarraga, abogado de uno de los siete procesados por las trágicas explosiones del 5 de diciembre de 2007 en la Universidad, afirmó en diálogo con Telediario Digital que el titular del Grupo Gidpo, Miguel Mattea, «impulsó un proyecto inviable para la seguridad de la Planta Piloto»
Esta será su principal argumentación durante la segunda audiencia de apelación que se desarrollará el próximo lunes en la Cámara Federal de Córdoba.
Para el abogado del ingeniero Sergio Antonelli, «es necesario que se revoque el autoprocesameinto porque ni siquiera participó de manera omisiva en el estrago» que provocó la muerte de 4 investigadores, una docente y un alumno.
«A Antonelli se le atribuye omisión al no haber ido a la Planta Piloto para conocer lo que sucedía. Con ese criterio habría que imputar a todos los miembros de la comisión de seguridad que Antonelli integraba, como todos los secretarios técnicos de las cinco facultades», señaló.
Sagarraga precisó que la comisión había contratado a la consultora de los ingenieros Chiaramello y Echandía y se había consultado al ingeniero Turello «para resolver problemas de seguridad de la Planta Piloto».
«Hasta el propio jefe de Defensa Civil, Rogelio Ferrario, declaró en el expediente que el lugar más seguro del campus era la Planta Piloto, pero no estaba apta para hacer una experimentación de tipo industrial como la que impulsó el grupo GIDPO», sostuvo.
Añadió que «Mattea, en lugar de adecuar la experimentación a las posibilidades que brindaba la Planta intentó que el lugar se adecuara a su investigación».