La política y el bolsillo

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El país ha discutido muchas cosas desde las últimas elecciones que a la mayoría de las personas les parece están muy lejos de sus intereses cotidianos. Esta vez le toca a la reforma política. Ahora el tema da vueltas acerca de si los partidos chicos deben o no sobrevivir, si debe haber o no internas abiertas simultáneamente en todos los partidos. Todo inducido por una repentina fiebre democratizadora desde una Presidencia elegida a dedo por Nestor Kirchner. El país del “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”. Toda una sobrecarga de discusiones políticas que al ciudadano sufrido le parecen cuestiones un tanto ajenas en su diaria lucha por sobrevivir.

     Es que el ritmo de los acontecimientos inducidos por el Gobierno no da tregua. La ciudadanía no alcanza a reponerse de las noticias que los pobres jubilados deben financiar a los niños pobres en una suerte de distribución intra-pobres mientras el Gobierno sigue gastando el dinero del ANSSES como si fuera propio. La verdad es que es absolutamente necesario poner dinero para eliminar la pobreza. Lo absurdo es financiar eso con la plata de los jubilados mientras que la sola reposición de los aportes patronales que se eliminaron en la década de los 90s permitirían financiar una vez y media las erogaciones para la niñez.

     Cualquiera sabe que los aportes previsionales son una deuda para el Gobierno. Que representa para quienes lo depositan algo así como la compra de un título de deuda que le dará flujos futuros. Sin embargo las personas observan con incredulidad que el Gobierno considera esta obligación como algo que no debe contabilizarse en la deuda exigible a largo plazo. Peor aún que la vende mediaticamente como un aumento genuino de ingresos que aumentará la demanda y la recuperación del país.

     La verdad es que la situación actual desmiente las ilusiones del Gobierno. Las personas están enfrentando una situación complicada en su vida diaria. Una medición reciente indica que el desempleo no para de crecer. En Octubre aumentó un 220 % en relación al mismo mes del año anterior y mas del doble en relación a setiembre de este año. El consumo privado tampoco crece. Se avecina un crecimiento de la inflación y el dinero no alcanza. El crédito al sector privado no crece y dada la inflación en realidad ha caído. Las dificultades se manifiestan también en un aumento de la incobrabilidad. Esto era lógico y esperable. Como el Gobierno se apoderó de recursos que antes iban a fideicomisos y a financiar consumo privado este no podía sino bajar. Finalmente las inversiones no reaccionan porque la confianza de los consumidores y en el Gobierno que siguen tendencias parecidas tienen variación negativa desde mediados del  2007.

  Si el consumo privado y la inversión no reaccionan solo queda un componente de la demanda: las ventas al exterior. Lo que salvará al país serán las exportaciones del campo clima mediante y Brasil que hoy impulsa las ventas en Argentina. Dos actores muy vapuleados por el Gobierno. El campo por el conflicto por todos conocidos Brasil, por los desatinos de Guillermo Moreno que quiere impulsar las exportaciones no por incentivos referidos a la rentabilidad sino en base a la prohibición de importar. El resultado está a la vista. Cuesta hoy abastecer el mercado interno de simples bienes como las cubiertas para autos importados. Brasil por otro lado no se deja manosear por las torpezas de nuestros funcionarios y simplemente ya no deja pasar los camiones que llevan las ventas argentinas hacia ese país. Como se ve las cosas tienen que funcionar a pesar del Gobierno. En ese contexto viendo como los anuncios que nunca se cumplen llueven todos los días la gente ahora recibe el nuevo tema de la semana, la reforma política. Cuesta creer tanto alejamiento de las preocupaciones de la gente común. Pero así son las cosas en este nuestro país.

Dr Roberto Tafani

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