Trabajar por un Municipio Saludable

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Por Dr. Pedro Saracho – Responsable Municipio saludable.

Al disponerme a escribir esta nota, me propuse ser claro, directo y sencillo en los términos a utilizar. De manera que la idea de Municipio Saludable y la forma en la que venimos trabajando en su implementación, resulten accesibles para todos y no sólo para algunos especialistas.

Sin embargo, para abordar lo sencillo, se hace necesario primero convocar a una nueva mirada, a una disponibilidad del que lee, para abrirse a conceptos tan revolucionarios como el que sigue:

“En salud, durante muchos años, hemos confortado a los afligidos y debemos seguir así, pero agregando la función profética de afligir a los confortados.”

Es decir: empezar a mirar la ciudad invisible – tal como señala el Intendente de este Municipio – y comprender que ya no se trata de un problema de otros, sino de todos.

Es decir: comprender que no bastan los cercos y las murallas de los barrios, ni las muchas cárceles para aislarnos de la violencia, sino que los que todavía estamos confortados, debemos imperiosamente empezar a afligirnos, mirando lo que no queremos ver, tejiendo redes solidarias, buscando las maneras de trabajar en las raíces para que la violencia a la que tanto tememos, deje de ser una amenaza. ¿O no es más razonable trabajar para que no haya violencia, que vivir en territorios blindados para que la violencia no nos alcance?

Imagino que a esta altura del discurso, algunas preguntas se haces presente: ¿qué tienen que ver estos conceptos con la salud y los municipios saludables? ¿No se trataba de un artículo sobre medicina?

Precisamente. Porque ya no hablamos de salud sólo como ausencia de enfermedad. Ni creemos que una persona se enferma sólo por una predisposición genética o porque forma parte de un grupo de riesgo, que merece estar enferma por no trabajar, no estudiar, por no cuidarse y no estar a “la altura de los sanos”.

No. El paradigma ha cambiado. Y sabemos, fehacientemente que la paz, la educación, el vestido, la comida, la vivienda, un ecosistema estable, la justicia social y la equidad – descriptos en la carta de Ottawa- son requisitos indispensables para la salud.

¿Es una novedad o es algo que todos intuíamos? ¿No lo sabemos, acaso, por experiencia propia – o por la ciudad que no queremos mirar – que la falta de trabajo, el sedentarismo, la mala alimentación, la contaminación del aire, del agua, la inequidad en el acceso a la educación, son determinantes de la salud?

Desde este lugar, con este nuevo modelo – que debe trabajar para imponerse al paradigma de la salud como mercancía en la economía del mercado- estamos trabajando.

Sin erigirnos como los fundadores, porque – sabemos – hay redes y organizaciones sociales que lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Sólo que también ellos no se ven ni se publicitan ni se venden demasiado.

Lo importante es encontrarnos, juntarnos y potenciar lo que cada una de estas instituciones y organizaciones tiene como fortaleza, para que entre todos, y por medio de la sinergia consecuente, podamos crecer en conciencia y en acciones, haciendo de esta ciudad un espacio cada vez más vivible y saludable.

Esa es la intención de esta gestión municipal. Y lo es también, de manera coherente, la función que cumple en cada ciudad donde funciona la Red Argentina de Municipios y Comunidades Saludables, que , en Río Cuarto, está presidida por el señor intendente.

Seis criterios básicos para considerar a un Municipio o Comunidad saludable fueron consensuados por los participantes a la II Jornada Nacional de Municipios y Comunidades Saludables, organizada por el Ministerio de Salud de la Nación y la Organización Panamericana de la Salud en la ciudad de Buenos Aires, en de marzo de 2003.

Estos son:

1. Sustentabilidad

2. Participación comunitaria

3. Acción intersectorial

4. Compromiso con políticas públicas saludables

5. Movilización y gestión de recursos

6. Fortalecimiento de equipos técnicos

De ellas iremos hablando detalladamente en otros artículos. Pero quiero detenerme brevemente en el concepto de participación comunitaria. Que apela a esa idea inicial de “afligir a los confortados” y que tanto escozor puede provocar.

Sin embargo, somos concientes de que el cambio de modelo, el cambio de vida, el cambio de estrategias y la fundación de una ciudad distinta, sin zonas ocultas, sólo se logrará con la participación de todos: los afligidos y los confortados.

Felizmente, ya hay iglesias, vecinales, vecinos, instituciones y áreas del gobierno municipal ( Como Cultura, Deportes, Promoción Social, Educación) que vienen trabajando de manera consecuente y silenciosa en los determinantes sociales.

Pero necesitamos más participación. Más compromiso. Más confortados afligiéndose para cambiar este desamparo aprendido, que no es otra cosa que la angustia emocional que enfrentan quienes fallan después de uno o dos intentos ( para tener un trabajo; para seguir estudiando; para tener una vivienda ) y que provoca incapacidad, temor y falta de esperanza.

Dice Jesús María Ruiz Irigoyen, director de la Revista “Humanizar”: “La salud se convierte en gozosa cuando la persona trabaja por entablar buena relación con todo lo que le rodea. En primer lugar con uno mismo, con sus entrañas. Luego, con los demás y con la realidad circundante. De esa relación serena con lo que uno es y con lo que son los otros deriva el gusto de vivir, el gozo saludable. Se trata del “bien ser”.

El bien ser, aunque cueste, es más profundo que el simple bienestar, que el pasarlo bien. El bien ser afecta a las capas más hondas de la persona, es de naturaleza estable, toca lo hondo del corazón.”

Desde ese bienser, es posible hablar de la esperanza. Porque una persona resiliente es una persona capaz de luchar contra el desamparo aprendido, de sobreponerse a las dificultades y de encontrarse con otras, que potencien lo mejor de cada cual.

Por eso, al principio de este artículo hablaba de dar un marco a lo sencillo. El marco ya está dado. Lo sencillo es reconocer que la alegría, la autoestima, la confianza, el amor a la vida, son las raíces de las raíces de la salud. Y fundamentos para que un municipio sea saludable.

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