Otra vez la intolerancia y el atropello político

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El Gobierno nacional ha emprendido una dura puja política  donde no hay matices. Todos los que se opongan a sus designios son sus enemigos. Cuando en realidad debería estar madurando el duelo de la contundente derrota sufrida en las legislativas del 28 de Junio, el matrimonio presidencial se ha embarcado en una campaña al “todo o nada” que arrastra a propios y ajenos. Y, billetera mediante, convierte en propios a los ajenos que le molestan o traban sus retorcidos mecanismos, como hizo con las santafesinas Latorre y Alarcón.

Con una abrió una brecha en las huestes del campo y con la otra consiguió vía libre para tratar la prórroga de superpoderes en el Senado y, de paso, hizo “derrapar” la consistencia política de Carlos Reutemann, uno de sus potenciales competidores con miras a las presidenciales de 2011.

Lo concreto es que, con el anzuelo de una disminución de las retenciones en los distritos bonaerenses afectados por sequía, el oficialismo logró que los legisladores le aprobaran rápidamente la prórroga de los superpoderes por un año. Conseguida la votación favorable del Senado, el Poder Ejecutivo vetó el artículo de la ley de emergencia que hablaba de las retenciones y sanseacabó.

La sensación de haber tenido al alcance de la mano una eliminación lisa y llana en algunos casos o la disminución de las retenciones en otros, colmó el vaso de la bronca que los productores veníamos llenando de a poco y nos embarcó en una nueva protesta agropecuaria que reaviva el conflicto iniciado en Marzo de 2008.

Pero no terminó ahí. Presuroso por aprobar lo más posible antes del 10 de Diciembre, cuando la conformación del Congreso dejará de favorecerlo, Néstor Kirchner fogoneó el envío del proyecto de Ley de Radiodifusión a la Cámara de Diputados. Haciendo caso omiso de los reclamos de la oposición y de gran parte de las empresas y entidades involucradas, que piden que el proyecto se trate después del 10 de Diciembre. El marido de la Presidenta quiere un tratamiento urgente.

Con este proyecto, el Gobierno abrió las opiniones de la ciudadanía, que no sabe a quién apoyar: es cierto que el grupo Clarín es monopólico y que de alguna manera cercena la posibilidad de disentir, pero tiembla de sólo pensar en una multiplicidad de medios en manos de los amigos K, desde donde se ejercería una inusual presión sobre el periodismo de opinión.

Y por si fuera poco y para volver a intentar dividir al campo, reflotaron un proyecto de Ley de Arrendamientos que ni siquiera tiene el apoyo de la FAA , entidad que inicialmente lo impulsara.

 

Sociedad  Rural de Rio Cuarto, Septiembre 2009

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