Show me the Money – La Biblia y el Calefón

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La sociedad con el Estado ya no garantiza ganancias para los privados de Gamsur. Los empresarios advirtieron, además, un esfuerzo para actualizar las condiciones estructurales de la firma que no asegura recupero. Los socios advierten que perdieron la pelea cuando Jure asumió el control de la firma. La Justicia no parecía una salida confiable y tampoco quisieron perdurar en una relación sin beneficios. La Municipalidad asume una apuesta que considera como «un negocio redondo» pero se expone al riesgoso embate de un servicio complejo y costoso.

LA DUDA CLAVE: ¿CUAL ES EL PASIVO REAL DE GAMSUR?

Por Pablo Callejón (pjcallejon@yahoo.com.ar)

Periodista – ¿Con qué empresa nos vamos a quedar los riocuartenses?
Mana – Es una empresa que está bien, que funciona relativamente bien, pero sabemos que hay un desafio importante a futuro, en términos de equipamiento y acondicionarla. Presta además servicios en Olavarría y a futuro vamos a tener que invertir.

El secretario de Economía Guillermo Mana no aparecía como el funcionario que celebra el final de una negociación que puso en vilo durante meses a la gestión de Juan Jure. Gamsur fue el talón de aquiles del gobierno municipal en su primer año y se convirtió en la obsesión del mandatario local que presenta la compra de acciones como «un gran negocio».
Mana está irritado con el tratamiento que los medios hicieron del conflicto de Gamsur. Para el funcionario no fueron el vaiven en las negociaciones ni la sospecha sobre los números los que generaron la desconfianza de los riocuartenses, sino la visión que la prensa hizo del tema. No será la primera vez que la política busca trasladar sus presiones en las culpas de los otros.
Mana y Jure cierran hoy un acuerdo que empezó a clausurarse el día en que optaron por tomar el control de la mixta después de múltiples advertencias de corte de servicio. Fue aquel momento, por encima de cualquier otro, el que resolvió la suerte de las negociaciones.
Los empresarios apelaron a la amenaza como instrumento de negociación y perdieron su principal arma cuando José Lago asumió la toma de decisiones.
Para los privados acudir a la Justicia era una apuesta compleja, incierta e interminable. «Si esperamos que resuelva un juez esto no se define nunca más. Además, somos de Río Cuarto y no nos vamos a poner a toda la gente en contra por un juicio», afirmó una voz de peso en la firma.
Descartada la presentación en Tribunales, surgían dos opciones: vender ó continuar la sociedad. La segunda opción encontró el rechazo de casi la totalidad de los empresarios. «Esta es una empresa que ya no dará réditos y por lo tanto no tiene interés privado. Si la municipalidad quiere otorgarle un fin social carece de sentido que nosotros seamos socios. Nos van a cagar con un proyecto que rechaza las ganancias», aseveró otro de los integrantes de la mixta.
Precisó, además, que solo un año Gamsur fue rentable (2007) y que el resto del tiempo se dedicaron a invertir para una apuesta de largo plazo. En cualquier caso la evaluación actual es tajante: «No se puede ganar más».
Como el personaje  de Tom Cruise -un representante  de jugadores del fútbol americano en el film Jerry Maguire-, los empresarios lanzaron la frase de cabecera «Muestrame el dinero»  («Show me the Money») pero la plata ya no está a la vista.
Cuando pidieron los 12 millones por los mayores costos no especulaban con huir de la mixta por la puerta de atrás. Ahora prefirieron resignar esos fondos para no continuar como socios de una empresa endeudada, que necesita fuerte inversión y que no garantiza rentabilidad.
Para el Ejecutivo cerrar en 4 millones y medio «es un negocio redondo», aún cuando el propio Mana admite que se requiere de una fuerte inversión y todavía se desconoce el pasivo real.
Hasta ahora, solo se conoce el número final y falta la evaluación que derivó en esa cifra definitiva.
Lo económico no es la única preocupación. También resta conocer si el municipio podrá prestar un servicio similar ó mejor al que brindaba Gamsur considerado, en lineas generales, como «muy bueno». Por ahora, la prestación no se resintió pero la transición no garantiza el desenlace final.
El municipio arriba a una decisión firme después de meses de incertidumbre y nadie se anima a descorchar el champagne.

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