La sombra de la gripe entre los estudiantes cordobeses

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El ritmo agitado de la vida cotidiana de los estudiantes cordobeses va poco a poco perdiendo soltura; este año el frío y las vacaciones de invierno vinieron acompañados de la epidemia de la gripe A.
Las bajas temperaturas y el verde ausente que se llevó el otoño entran en consonancia con la quietud y el silencio reinante en los caminos normalmente transitados por los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba. De la noche a la mañana, los más de cien mil alumnos de la institución parecen haber desaparecido. Es que esta vez, a los que se fueron de vacaciones a sus lugares de origen y a los que se encuentran encerrados estudiando para algún examen se suman aquellos que permanecen retraídos en sus hogares para resguardarse del renombrado virus.

El tema comenzó a invadir todos los espacios; en los pasillos de las facultades, en las mesas de los departamentos, en la despensa de la esquina resuenan los comentarios acerca de la nueva enfermedad. Conversaciones, mensajes de texto, chats, blogs y mails; en toda interacción corren opiniones e hipótesis de los estudiantes que buscan orientarse, mientras de fondo se escuchan los noticieros repitiendo una y otra vez las repercusiones de la famosa epidemia.
Pero a pesar de que la gripe A se hace presente en toda conversación, las posiciones al respecto son muy dispares, tanto de parte de los estudiantes como desde las instituciones públicas y privadas. Rápidamente se pasa de la broma al susto, de la prevención a la paranoia. La preocupación prima en casi todos los ámbitos universitarios, pero también aparecen la desconfianza, las críticas al gobierno y a los medios de comunicación, y hasta los chistes y la ironía que hacen de esta epidemia un fenómeno amplio y diverso.
La Universidad Nacional de Córdoba ha tomado algunas medidas frente a la situación. Desde el rectorado, se ha determinado que los alumnos que tengan problemas de salud están exceptuados de sus obligaciones académicas durante los próximos días. A su vez, se suspendieron la mayoría de las actividades culturales que la UNC planeaba desarrollar en el mes de julio. Asimismo, el rectorado decidió crear un Comité de Seguimiento que se encargará de analizar la propagación del virus de la Gripe A y recomendar nuevas medidas que pudiera ser necesario adoptar en las próximas semanas y al finalizar el receso invernal, que en la UNC se extenderá por dos semanas.
De cualquier manera, uno de los aspectos que más preocupa a los alumnos es la toma de exámenes y el dictado de clases, ya que el turno de exámenes finales de julio es uno de los más utilizados del año para ponerse al día, aprovechando el tiempo libre de las vacaciones. En ese sentido, el rectorado de la Casa de Trejo ha decidido que las autoridades de cada unidad académica definan las medidas que consideren oportunas al respecto. Pero más allá de la decisión de algunas facultades de extender las vacaciones y permanecer cerradas al menos una semana más, no se ha informado nada acerca de una posible suspensión de la toma de exámenes.
El fenómeno de la gripe no afecta a todos por igual, ya que las características particulares de cada facultad hace que algunos alumnos se encuentren más expuestos que otros. Es por ello que la Facultad de Odontología fue la primera en cerrar sus puertas frente a la epidemia. Sin embargo, otras unidades académicas, como la Escuela de Kinesiología, continúan desempeñando prácticas en hospitales, lo cual expone a los estudiantes a un mayor riesgo frente al contagio.
La diversidad de posiciones también se observa en los espacios de recreación. Muchos cines, bares, teatros y demás espacios a los que normalmente se puede recurrir para disfrutar de las vacaciones de julio y descansar del estudio, se encuentran cerrados. Sin embargo, la mayoría de los pubs y boliches, especialmente de Nueva Córdoba –donde habitan gran parte de los estudiantes universitarios- continúan abriendo sus puertas de lunes a lunes y congregando a grupos de amigos que deciden acallar el miedo al abominable virus e ir a compartir unos tragos como cualquier otro mes del año. 
Más allá de las diferencias, el frío que recorre las veredas de la ciudad se entremezcla con una sensación de incertidumbre y desconcierto. La epidemia, una palabra que hasta hace poco designaba un capítulo ya superado de la historia, va generando un clima extraño en la vida estudiantil de la ciudad de Córdoba.

Lucia Maina
Estudiante Ciencias de la Comunicación

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