Tras la alarma con el Dengue, vino lo de la fiebre porcina. De repente la primera enfermedad pareció pasar a segundo plano. Voces cautas dejaron claro que el problema en Argentina hoy es el dengue y no la fiebre porcina, que no hay que despreocuparse y abandonar la prevención.
Los hechos sin embargo son muy distintos. La semana pasada, visitando Catamarca, una de las dos regiones más afectadas por el Dengue, se apreció que el relajamiento de las actitudes preventivas es visible en todos lados. La gente con sus niños, todos en manga corta. Las conversaciones minimizando el problema. Los hoteles que niegan el riesgo preocupados por la caída dramática del turismo en la Provincia. Es, como si de repente, el riesgo pasara a ser parte de la vida cotidiana en vez de mantener acciones para bajarlo sistemáticamente. En ese contexto, lo que parece haber ocurrido en estos días es la caída en las denuncias de nuevos casos pero los profesionales del sector salud dudan sobre si el fenómeno es efectivamente el retroceso de la enfermedad o la falta de la denuncia correspondiente.
Lo que impacta sin embargo, es escuchar personas afirmando que las denuncias sobre Dengue en Catamarca habían comenzado en Febrero pero que el Gobierno Nacional no tomaba cartas en el asunto y no enviaba el dinero necesario para combatirlo. Las razones se suponen como siempre de carácter político con lo cual las declamaciones sobre el modelo progresista terminan en la falta efectiva de una política de prevención en los hechos y no en los discursos. Encima, Catamarca parece estar sufriendo como en otros lados una congestión sanitaria con casos de bronquiolitis en los niños. Como se sabe las enfermedades respiratorias siguen causando estragos y matando niños menores de dos años lo cual deja al dengue como algo menos letal que los problemas cotidianos.
Al pasar de Catamarca a La Rioja el cuadro es similar. El dengue es minimizado. Se dice que allí sólo hubieron 30 casos. Sin embargo, hay otras cosas que son letales y se han transformado en una máquina de matar. Los accidentes de motos ya mataron 36 jóvenes en lo que va del año. Una muerte cada tres días y medio aproximadamente. Si se toma una edad promedio de los accidentados 25 años y una expectativa de vida de 70 entonces en apenas 4 meses La Rioja ya perdió algo así como 1620 años de vida. Una calamidad en un país que en los centros urbanos industriales piensa su salud en términos de tecnología, donde ya se paga en dólares el congelamiento y manutención de cordones umbilicales con la esperanza que los avances biotecnológicos puedan reconstruir cualquier órgano desde las células madre en el futuro.
La historia del país dicotómico no termina allí. La segunda causa de mujeres en La Rioja es el cáncer de cuello de útero. Algo prevenible. Basta recordar que en los Estados Unidos moría el 30 % por esa afección hasta que empezaron los controles preventivos. De allí la mortalidad se redujo apenas al 3 %. En el caso que nos ocupa, solamente el 10 % de la población en edad de riesgo es cubierta por los servicios públicos. El resto vive su vida sin prevención y se mueren muchas en consecuencia. Todo esto en el país del progresismo y donde supuestamente la salud y la educación son la prioridad política del momento, o al menos de eso se llenan la boca los políticos y candidatos en esta época de elecciones.
En el medio de tanto olvido, el Gobierno nacional parece privilegiar la caja a la salud de la gente. La Ministra Ocaña parece tener la fecha puesta para su renuncia y partida y Moyano ya parece jactarse de tener su reemplazante. Detrás de todo esto están dos cosas, por un lado como se dijo, el total desinterés por la salud y por el otro, la desesperación por el dinero público de los gremialistas. Moyano sencillamente no admite que se le nieguen los fondos provenientes de los aportes para la siniestralidad catastrófica (APE) porque no hay rendición de cuentas o transparencia en su distribución desde el propio Estado. En definitiva en argentina los fondos para salud no fluyen por razones políticas, el dengue importa poco ante las internas de turno. Los niños mueren de enfermedades respiratorias, los jóvenes se matan en las motos y las mujeres por falta de prevención. Cuando alguien como Ocaña genuinamente se interesa por la salud y la lucha contra las calamidades de la enfermedad todo termina en la hoguera gremial interesada solo en el dinero. De esto por supuesto los candidatos no hablan…
Dr Roberto Tafani