Los grandes gerontólogos hace miles de sugerencias a fin de darle a las personas mayores, mas años de vida. Pero no han llegado a que sea un producto de venta libre en las farmacias; tiempo. Ni esta en pastillas, gotas o capsulas. Tampoco aunque se le acabe la pila o la cuerda, se detendrá. Seguirá su marcha de ir tallando en el rostro las arrugas. La podremos disimular, pero el reloj que tenemos dentro, sigue su marcha.
Están perfeccionando formulas para que no se pierda elasticidad en los músculos y algo para evitar al «alemán» Se les obsesiona con juegos, alimentos y actividades que muchas veces no quieren. Se pretende que los ancianos jueguen con los chicos y no va. Los nietos son muy amados, pero son cansadores. Es que son jóvenes. No hay equilibrio entre esas generaciones. Ni los grandes tienen tema para ellos ni a estos les interesan cosas del pasado. Después de años de batallar para completar una casa cómoda para todos, queda grande. Cada tanto se vuelve a poblar cuando la crisis y la malaria llegan al país. Pero los mayores se sienten invadidos por los de otra generación, muy queridos pero invasores al fin.
Cuanto mas viejos, mas metódicos y hasta fastidiosos. Cada día menos comprendidos e interpretados. Entonces, ¿por qué‚ no se les da lo que ellos necesitan? Se piensa en un barrio donde se ubicaría gente de la misma edad a cambio de la casa que construyeron en su época joven. Se les proveería asistencia médica, pasatiempos acordes y estarían con gente de su época. Sería lindo, ¿no? Con menos viajes al exterior, se conseguiría.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto