Nuestro cuerpo son casi todas emociones. Sentimos cosas que nos hace ser felices, estar tristes, melancólicos o eufóricos. También nos hacen sentir excitados, violentos o tranquilos. Pero todo eso puede ser anulado en un momento, cuando son agredidos y asaltados por delincuentes. Solo pensamos en el momento que se pasa, no solamente por la violencia y el temor a perder la vida. Son esos instantes en que vemos pasar frente a nuestras narices la vida entera misma.
Hasta casi se termina agradeciendo a los ladrones que respeten la vida. También pasa por nuestra mente como un rayo, los momentos en que fuimos atesorando las cosas materiales, que se llevan. Es el fruto del esfuerzo y trabajo, tal vez de una vida entera de sacrificio. Allá marchan llevados por gente que no se merece estar entre nosotros. Ya no se trata de un indigente, que roba para comer con su familia. La alimentación de los menesterosos corre por cuenta del Estado. Para cosas superfluas se las procuran cada uno.
Lo triste es de como ese mismo Estado, trata a esos transgresores. A los pocos días, están fuera de las correccionales, repitiendo los mismos delitos. Quien debe administrar la Justicia , los protege más que a los afectados. Entonces es cuando mas rebeldía nos afecta y mas deseos de abandonar el país, de la misma manera que el Estado abandona a sus ciudadanos que se esfuerzan para ser y tener algo. ¿Harán algo alguna vez, más eficiente? La gente esta totalmente paranoica y no es propaganda opositora.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto