Reflexiones educativas en verano

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A partir de la difusión de las ideas del pedagogo italiano Francesco Tonucci, de visita en la Argentina, y de la repercusión que tuvo en los educadores y miembros de la sociedad de nuestro país, a los que se les dio la oportunidad de opinar, surgió un enriquecedor y sorprendente debate que en parte me gustaría compartir con ustedes.

 Recordemos, sintéticamente, el fundamento de las ideas propuestas por él. Parten del postulado de que los alumnos ya vienen educados por las nuevas tecnologías; que des-construiría la figura clásica del docente y pone en un lugar privilegiado los saberes de los niños. Desplaza al adulto del lugar que hoy tiene, y pone el acento en un nuevo axioma que motiva el debate. Otra temática a debatir, fue la doble escolaridad a la que se opone en forma contundente. Es bueno entender que todo lo que se va a reflexionar a continuación hay que contextualizarlo desde el lugar que cada expositor tiene y de acuerdo a la formación e ideología del mismo; sino serían conclusiones aisladas, entrecortadas, sin un hilo conductor coherente. Con re-marcador y lápiz rojo siguieron muchos docentes y padres las propuestas del pedagogo, quien reclamó cambios en la organización escolar, criticó los colegios de doble turno y pidió a los maestros reducir los deberes que habitualmente los alumnos se llevan para el hogar. ¿Qué piensan los que están pensando en la escuela? El académico y ex ministro de Educación Juan Llach revalorizó la oferta de las escuelas con doble turno, que con una organización efectiva, pueden ser valiosas y enriquecer la formación de los alumnos. «Si se emplea para favorecer la recreación y el deporte, la expresión artística, las tecnologías o la segunda lengua, no sólo no es contraproducente, sino muy valioso», quien revalorizó la función de los maestros y se mostró decepcionado por las afirmaciones del pedagogo italiano. Tonucci había considerado que la misión de la escuela ya no es enseñar cosas, porque la TV e Internet lo hacen mejor. Respecto de los deberes escolares, Llach dijo que “si los maestros encargan tarea para el hogar en una medida justa tienen un efecto educativo”. Guillermina Tiramonti, directora de FLACSO, aconsejó » Esas cosas no se pueden plantear en abstracto, para todos los casos. Es necesario ubicarse en situaciones sociales y culturales concretas». No es defensora a ultranza de la doble escolaridad. Al igual que varios de sus colegas, la percibe como una necesidad social, ante las exigencias de la nueva organización de las familias, con la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y el riesgo de las casas vacías. «En términos generales, las escuelas tienen que adaptar sus metodologías y contenidos al mundo cultural contemporáneo. Hay contenidos que los chicos pueden obtener a través de la TV e Internet. la tecnología es una nueva herramienta intelectual, como antes lo era el libro. No cualquiera saca provecho de los libros y no cualquiera saca provecho de la tecnología. Hay que usarla como una herramienta intelectual y no como una prótesis.  Lo importante es que la escuela desarrolle instrumentos para que los alumnos puedan sistematizar esos conocimientos e incorporarlos críticamente». También el rector del colegio Los Robles, Oto Gilotaux, estimó que «llenar la escuela de contenidos puede ser tan nocivo como vaciarla de ellos; los colegios de doble turno son un mal menor y responden a una necesidad familiar y social. La mayoría de los padres y madres trabajan y evalúan como negativo que sus hijos estén en sus casas solos, expuestos a la TV o a Internet». La investigadora Graciela Frigerio, directora del CEM, rechaza el pensamiento de Tonucci. «Diría lo contrario: necesitamos de los adultos. No para salvar nada ni a nadie, sino para ofrecer a los chicos la posibilidad de tener ganas de crecer, la ocasión de pensar el mundo e imaginar que puede ser otra cosa que una interminable reiteración de más de lo mismo» aclarando que no disiente de las imágenes transmitidas por el especialista, sino de sus argumentos. En la Argentina apenas el 5 % de los colegios ofrecen doble escolaridad, aunque la tendencia es creciente en los grandes centros urbanos, como la ciudad de Buenos Aires, donde el 30 % de los colegios tienen clases mañana y tarde. Varios educadores interpretaron que la práctica de la doble escolaridad responde más a necesidades familiares y sociales que a objetivos pedagógicos. Comparto en parte las afirmaciones de Tonucci, algunas por lo obvias, como lo de escuchar a los niños, dicho como novedoso casi un siglo después de Vigotsky y medio siglo después de Paulo Freire. O como decir que las escuelas tienen que ser lindas, atractivas. Otras posiciones son muy riesgosas, como decir que Internet y la TV enseñan mejor que la escuela. La tecnología no puede reemplazar las relaciones cara a cara, las complementa. En casi todos los países en desarrollo más de la mitad de los chicos sale del secundario sin dominar la lengua oral y escrita y sin razonamiento lógico-matemático suficiente. En nuestra ciudad, Río Cuarto, también el subsecretario de Educación Lic. Lagrave, piensa en este nuevo desafío educativo de extensión horaria en algunas instituciones. Pensar y escuchar para no tomar decisiones apresuradas, es un buen signo. No tenemos mas espacio para explorar las fascinantes cuestiones generadas en este campo y que pertenecen a todos. Hemos compartido y saboreado la expresión de algunos de los pensadores, en estos tiempos donde las opiniones a veces duelen y pegan en nuestras ideas y convicciones; Mi intención fue mantener viva la pregunta fundamental con la cual habíamos comenzado ¿Que piensan los que piensan en la escuela?
LIC ELENA FARAH

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