Comenzó a caer el crédito para consumo

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El nuevo escenario de incertidumbre generado por el anuncio de estatización de las AFJP y el continuo des-plome de los mercados bursátiles internacionales, generan un cóctel que comienza a resentir las variables financieras y bancarias locales.

A nivel nacional, ya se había notado hace algunos meses atrás que el crédito de largo plazo había comenzado a mermar a raíz del incremento de las tasas y de la incertidumbre y la desaceleración económica. Pero actualmente se ha comenzado a observar la disminución del crédito de consumo, no sólo en las entidades bancarias sino en las no bancarias también, como las casas comerciales que primero vieron encarecerse su fuente de fondeo cuando se dispararon los fideicomisos y luego lo vieron desaparecer ante el anuncio de estatización de las AFJP las cuales se quedaban generalmente con un 20% de las colocaciones de aquellos fideicomisos, y así el mercado perdió un prestamista de mucha importancia.
Según un informe de Veraz, en el tercer trimestre de este año la intención de crédito de parte de las entidades no bancarias cayó un 2,4% con respecto al segundo y un 11,8% con respecto al mismo de 2007. En el caso de las bancarias, aumentó un 1,2% en términos anuales, pero con respecto al segundo trimestre cayó un 8,7%, “marcando un punto de inflexión respecto de la tendencia previa”. “Considerando la profundización de la crisis financiera internacional y las mayores turbulencias locales a partir de octubre, se espera una caída más acentuada de ambos indicadores para el último trimestre del año”.
 El contexto actual en términos bancarios podría resumirse en los siguientes puntos principales:
 La crisis económica llegó al bolsillo de los consumidores de todas las clases sociales incluso los de mayor poder económico, que empiezan a modificar sus hábitos de compra.
 Los bancos, por su parte, ponen límites a los préstamos personales, que son los que hasta ahora finan-ciaron gran parte del consumo, y por ende del crecimiento económico argentino durante los años de bonanza 2003-2006.
 Las tarjetas de crédito, por su parte, limitan las cuotas sin interés y aumentan los costos de financiación, poniendo más frenos a las compras.
 Tanto los bancos como los particulares prefieren la liquidez y en el caso de los últimos eligen el dólar como refugio para sus ahorros.
Paralelo a esto, la agricultura con sus menores precios internacionales y la industria automotriz sin mercados externos y la construcción en recesión. Esto significa que sin crédito para consumo, se pierde otro de los grandes impulsores del crecimiento durante los últimos años.

Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de la Lic. Cecilia Reboyras – miembro de Fundación EGE, info@fundacionege.org

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