Si bien aún no se implementan masivamente en Argentina las modalidades de empleo que implican una mayor flexibilidad laboral, como el teletrabajo, hay varias entidades tanto públicas como privadas que desde hace unos cuantos años se ocupan de bridar información sobre las mismas e incentivar su implementación. Tal es el caso de la Asociación Argentina de Teletrabajo, creada en 2001con el objetivo principal de difundir las posibilidades y ventajas del teletrabajo.
Esta propuesta de empleo puede ser realizada tanto por profesionales independientes como por aquellos que forman parte del personal de una empresa. Incluso se ha creado una bolsa de teletrabajo a la cual recurren las firmas cuando necesitan contratar empleados temporales. A su vez es una excelente alternativa para las empresas que se encuentran en expansión ya que les permite incorporar recursos humanos sin tener que ampliar la infraestructura. Y para aquellas firmas con problemas económicos este tipo de trabajo brinda una muy buena oportunidad para optimizar el uso de los recursos. Cualquiera sea el caso, a fin de cuentas el teletrabajo permite reducir costos.
Entre los principales obstáculos que dificultan el desarrollo de esta alternativa en Argentina resaltan el desconocimiento de las formas de trabajo mediante el uso de TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) por parte de los potenciales teletrabajadores, el alto costo en las comunicaciones, las escazas innovaciones tecnológicas y la ausencia de políticas públicas que faciliten su implementación y difusión.
A pesar de las dificultades y que aún queda mucho por hacer, cada vez son más las empresas del país que están incursionando en el tema. Entre tantas, YPF fue la primera firma en adherir al Programa Piloto de Seguimiento y Promoción del Teletrabajo en Empresas Privadas (PROPET), creado a partir de un convenio con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación (MTEySS). El mismo consiste en que durante 6 meses trabajadores de la empresa se desempeñen mediante esta modalidad, conservando los mismos derechos y beneficios que aquellos que operan de manera tradicional para luego evaluar los resultados.
En fin, todavía hay muchas empresas en Argentina que no han descubierto las ventajas que posee el teletrabajo, quizás por falta de información, por aversión al riesgo o simplemente por costumbre a la forma tradicional de trabajo. Pero los empresarios deben advertir que esta alternativa brinda mayores posibilidades a las firmas de adaptarse a los cambios suculentos que acontecen en el contexto en el que las mismas se desenvuelven.
“ESTA ES UNA PUBLICACIÓN DE FUNDACIÓN EGE CON LA COLABORACIÓN DE Valentina Vázquez – MIEMBRO DE FUNDACIÓN EGE – info@fundacionege.org”