Se vio fuertemente afectado el nivel de actividad en julio

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El contexto internacional observó tanto en julio como en meses anteriores, una nueva disparada en el precio de petróleo, y aumentos en otros insumos básicos como aluminio, el acero y los alimentos, así como del oro y las  fluctuaciones en el valor de las diferentes monedas, lo que agudizó las presiones inflacionarias en todo el mundo. Mientras que en el ámbito local, la continuidad del conflicto por las retenciones –que luego del 17 de julio parece tender a hallar un camino hacia la solución- dejó su huella en terrenos cada vez más extensos de la actividad económica.

En este sentido, el cambio de la dirección de la política cambiaria por parte del BCRA se tradujo casi directamente en subas en la tasa de interés encareciendo el capital de trabajo de las empresas, sobre todo de las PyMEs, y contribuyendo por esa vía a incrementar los costos de producción y la presión al alza de los precios.
El movimiento brusco de algunas variables como la tasa de interés, el tipo de cambio y los precios, se vio reflejado en la postergación de las decisiones de inversión -ampliación de la capacidad productiva, la incorporación de tecnología y la inversión en recursos humanos- por parte de muchos empresarios, aguardando señales que arrojaran un poco de certidumbre ante un panorama tan sombrío, y priorizando las decisiones de corto plazo. Localmente, según el Indicador de Actividad Económica, en el primer semestre del año, la actividad económica de la ciudad de Río Cuarto habría retrocedido más que lo que creció durante todo 2007.
Con respecto a la actividad de la construcción, principal depositaria de los ahorros excedentes durante los mejores años después de la crisis, si bien goza de un nivel inercial proveniente de los proyectos en curso, se vio directamente afectada por la postergación de inversiones principalmente en el segmento residencial, lo que reforzó la desaceleración en la cantidad de metros cuadrados permisados.
Por el lado de la industria, la apreciación del tipo de cambio real que se estima actualmente en 1,4 pesos por dólar, junto a la inflación de costos y la decisión provincial de incrementar la presión fiscal, ha complicado el panorama sectorial situándolo en una situación similar a la de la década de los noventa en términos de competitividad frente al mundo, aunque claramente en un contexto inflacionario mundial casi sin precedentes.

Esta es una publicación de Fundación EGE con la colaboración de la Lic. Cecilia Reboyras – miembro de Fundación EGE – info@fundacionege.org

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