Reflexiones desde la fiesta china

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La fiesta de cierre de los juegos olímpicos fue sensacional. Dio una imagen de lo que puede resulta al combinar el desarrollo de la economía junto a una cultura milenaria que  promueve el trabajo duro y disciplinado. Un ejemplo de coordinación, organización y trabajo mancomunado en las relaciones de producción junto a la aplicación creciente de tecnología en las fuerzas productivas. China es hoy un país trabajando tres turnos diarios. que crece sin parar.

¿Cual ha sido entonces el papel de China en el reciente período de expansión de la economía mundial basado en el aumento del consumo y el gasto público convalidado con expansión monetaria tal cual ocurriera en Argentina?
 
Primero, los Chinos aumentaron la productividad y la oferta de bienes y servicios lo cual sirvió para bajar las presiones inflacionarias del aumento de tanta demanda mundial
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En segundo lugar el aumento de la globalización (léase incorporación de Chinos , indios, etc como mano de obra barata en un contexto de innovación tecnológica aceleradísima) aumentó la desigualdad, porque los trabajos no calificados bajaron sus salarios y el trabajo calificado adaptado a la innovación tecnológica los aumentó)

Tercero en un contexto de altísima concentración de la propiedad privada (260 personas tienen el ingreso equivalente a 2500 millones de personas) todo termina en un puñado de propietarios que se apropian de rentas tecnológicas y luego una estratificación de no propietarios con niveles de ingresos de gran disparidad.
 
Nico Poulantzas intelectual de izquierda en los años 70 llamaba a esto la aparición de la nueva clase media que se amarraba a las filtraciones del gran capital tecnológico y que se desprendía de la vieja clase media que lentamente sucumbía en la decrepitud de la economía que desaparecía.

Cuando ese cuadro se da como en Argentina en el medio de instituciones incompetentes, malas políticas e información inadecuada todo termina en una mayor desigualdad.
 
La expansión mundial y la productividad China sin embargo son parte de la historia. Como bien enseñara Max Weber no todos los capitalismos son iguales, y mientras en China se trabajaba día y noche, en Estados Unidos el capital financiero especulaba con operaciones inmobiliarias. Se obtenía crédito a tasas casi nulas en Japón y se compraban propiedades generando una burbuja inmobiliaria. En todos lados se propagó la fiebre de comprar barato para vender caro después. En lo anecdótico, hasta se escribieron libros diciendo que los padres ricos hacen trabajar el dinero para ellos mientras los padres pobres trabajan para ganarlo. Que los ricos (especuladores) están en las pistas rápidas mientras los trabajadores como los Chinos por ejemplo) están en las pistas de las ratas. Toda una ilusión hasta que eso explotó. Junto a la caída del precio de las propiedades, vino la morosidad de los deudores, la quiebra de los bancos y una economía mundial que hoy está al borde una crisis fenomenal que hasta ahora sólo ha podido ser dilatada pero no solucionada.

¿Donde está Argentina en este escenario? Bailando sobre el Titanic. Por un lado la inflación ha desacelerado el poder de compra y las ventas han caído. Aparecen las ofertas por todos lados, los locales se desocupan, y el dinero no alcanza. El resultado será la caída del crecimiento. Por el otro, la misma inflación con el tipo de cambio fijo ha apreciado la moneda, y las importaciones aumentan rápidamente tanto que en Julio la diferencia sobre el mismo mes del año anterior fue del 46 % llegando a los 6000 millones de dólares. Esto implica que lo importado reemplazará a lo nacional y el crecimiento se caerá aún más.

 Como si eso fuera poco, el país se apresta a re-estatizar Aerolíneas Argentinas y a asumir una deuda superior cercana a los 800 millones de dólares más el déficit operativo que vendrá. Con razón los informes de las calificadoras de riesgo y hasta el Banco Central Español advierten sobre la fragilidad de nuestro futuro. Los indicadores como el riesgo país muestran que la temperatura del paciente no para de subir.

¿Por qué la crisis no se ha manifestado todavía con toda su virulencia? Por ahora el precio de la soja lo ha impedido. Pero eso es un factor que la Argentina no maneja. Como todo indica que el mundo entró en una etapa que la aleja del crecimiento espectacular de los últimos años lo correcto sería apurarnos a ordenar nuestra economía, bajar la inflación, componer las agencias que dan información y no seguir incorporando empresas inviables. Por ahora nada de eso aparece en el horizonte
Dr Roberto Tafani

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