La educación formal, un déficit de la oferta laboral local

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El acceso a la educación formal permite a las personas contar con mayores oportunidades de crecimiento personal, adquiriendo conocimientos que lo habilitan para desempeñarse en puestos de trabajo de mejor remuneración y mayor calidad. Cuando dichas oportunidades no se presentan para todos por igual y una porción de la sociedad queda excluida del sistema educativo, estas deficiencias  se trasladan al mercado de trabajo no permitiendo que las empresas que demandan personal encuentren trabajadores idóneos que satisfagan sus necesidades.

A nivel local, la escasez de mano de obra calificada es un fenómeno que se presenta con fuerte magnitud y aqueja fundamentalmente a la industria, reflejando claramente el déficit de educación técnica y especializada que tiene lugar a nivel nacional.
En adición a ello, es posible dar cuenta de otras preocupantes deficiencias de la oferta laboral actual en la ciudad. Tomando los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de INDEC correspondientes al primer trimestre de 2007, se observa un panorama algo desolador en lo que respecta al nivel educativo de la población desocupada en Río Cuarto. El 36% de personas comprendidas entre los 20 y 49 años que buscaba empleo a principios del año pasado, no contaba con título secundario. Este hecho puede estar siendo una limitante clave al momento de postularse para un puesto de trabajo, teniendo en cuenta que nos encontramos en una localidad dedicada fundamentalmente al comercio y los servicios, donde ciertas habilidades adquiridas en un nivel medio de educación (conocimientos en informática, por ejemplo) son fundamentales.
Analizando el mismo grupo etario pero ahora para la categoría ocupados, se presenta una dualidad que llama poderosamente la atención. Por un lado, un 17% de los ocupados en la ciudad al primer trimestre del año pasado manifestó contar con título universitario lo cual hace pensar que este nivel de instrucción superior ha permitido el ingreso al mercado laboral. Pero si miramos el porcentaje total de ocupados que carece del nivel medio, esta cifra asciende al 20%. Las limitaciones que puede estar planteando el bajo nivel de educación en esta franja de trabajadores es posible que se vean reflejadas en bajos salarios, lo cual los puede llevar a una situación de sobreexplotación -empleándose mayor cantidad de horas semanales- para conseguir mayores ingresos, en condiciones de informalidad, la cual ascendía al 40% de la población ocupada a comienzos del 2007.

ESTA ES UNA PUBLICACIÓN DE FUNDACIÓN EGE CON LA COLABORACIÓN DE – MIEMBRO DE FUNDACIÓN EGE – info@fundacionege.org

 

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