En la parte fundamental del diario, los comics, había un personaje a quien le llamaron Don Fulgencio. Dentro de un cuerpo grande, había un chico no muy desarrollado mentalmente. También hubieron otros personajes del mismo estilo que se destacaban por lo tonto. Era un poco la imagen de los chicos, exageradamente lo que lo hacia risueño. Pero en la vida real, nos hemos cruzado varias veces con alguno de ellos y así los llamábamos.
Lo triste de todo es que muchos de ese símil Don Fulgencio, se han establecido en la política. Las mismas reacciones que se reproducían en la tirilla cómica, son las que hacen esos políticos. De las personas decimos que son infantilismos y solamente nos dan pena, pero cuando están para conducir al país, decimos «A donde nos llevan»
Los niños, cuando chicos, quieren mostrar su fuerza y se pelean con todos. Es que buscan el liderazgo a través de la confrontación ya que, en el caso de los chiquitos, no tienen suficiente razocinio. Cuando el cerebro se les desarrolla y aprenden por experiencias o estudio, se dan cuenta de que mas se obtiene por la razón que por la fuerza.
Lo que tenemos en el poder de un partido político, es como Don Fulgencio. Como presidente, no dejo títere con cabeza. Se peleo con los vecinos y los lejanos. Igual a los chicos, hizo su capricho al que obsecuentes y alcahuetes hicieron caso. Es la forma de sacar un provecho propio, adular y mientras tanto, se extraen dineros.
Seria lindo que el dibujante que trajo a ese personaje, se lo lleve. Es que mucha gente tiene deseos de «borrarlo»
Atentamente
Juan R Bell
92061605