Lo dijo el fiscal Walter Guzmán. Admiten que el aporte de los vecinos fue clave para definir culpabilidades en el crimen de Luciano. También resultó fundamental la pericia forense y los elementos recogidos en el lugar. Consideran que el caso de homicidio «está prácticamente cerrado».
La sospecha sobre la madre y el padrastro
* EL INFORME DEFINITIVO DE LOS FORENSES SE CONOCERIA EL LUNES AL MEDIODIA
* Habrían intentado lavar la ropa del pequeño, que tendría manchas de sangre y materia fecal, antes de que llegaran los investigadores.
* Tras la muerte de Luciano, se multiplicaron las denuncias por violencia familiar en el Municipio.
Admiten que el aporte de los vecinos fue clave para definir culpabilidades en la muerte de Luciano Luchini, quien recibió un fuerte golpe en la zona hepática cuando se encontraba junto a su padrastro en la vivienda de Olegario Andrade 960.
Los investigadores destacaron que dieron detalles de lo que vieron y escucharon, además de relatar otros hechos de violencia que se había producido en la casa.
«Los conocían desde hacía 5 meses pero decidieron hablar. Hubo predisposición para contar lo que vieron y escucharon», precisó una alta fuente policial.
Uno de los vecinos relató que el niño sufrió la quebradura en un brazo (el dato fue corroborado por una radiografía hallada por la Policía) y que el pequeño y la madre dieron versiones diferentes sobre cómo ocurrió.
Luciano había señalado que se cayó de la mesa y la mujer dijo que se resbaló en la vereda.
Al niño los vecinos los describieron como «inquieto pero agradable». «Parecía hiperkinético porque estaba nervioso todo el tiempo», relató uno de ellos.
Los forenses destacaron que tuvo un traumatismo cerrado en el abdomen, un golpe en la zona hepática, y murió por un shock hipovolémico.
Los acusados no tendrían antecedentes por violencia familiar y pese a la percepción de «excesos» en el trato que la madre y el padrastro tenía con el niño, no hubo denuncias a la Policía.
El tiempo
El fiscal Walter Guzmán precisó que, «según el aporte de los forenses, el golpe en la zona hepática se habría producido 40 minutos antes de su deceso».
Aunque se sospecha que el padrastro estuvo solo con el pequeño cuando se produjo el hecho, la madre habría intentado esconder lo ocurrido.
Había manchas de sangre en la sábana del niño, y según el relato de su mamá «eran antiguas».
Dato clave
Desde la fiscalía admitieron que el padrastro habría intentado lavar la ropa del pequeño, que tendría manchas de sangre y materia fecal, antes de que llegaran los investigadores.
Esa sería la razón para que el pequeño fuera visto vestido con ropa interior en brazos de su madre cuando fue trasladado al Centro de Salud.
Bajo sospecha
La mujer, Fabiana Andrea Filipetta (32) que era estudiante de enfermería en el Nuevo Hospital, vivía en barrio Abilene y desde hace algunos meses alquilaba la vivienda en barrio Alberdi junto a su nueva pareja.
Cuando llegó al Hospital, al personal le llamó la atención que «estaba muy conmocionada pero daba diferentes versiones sobre lo que había ocurrido».
El padrastro, Luis Javier Morales (30), es oriundo de Sampacho, y trabajaba en una estación de servicio. Cuando la madre se llevó a su hijo junto a un repartidor de la firma Morán al Centro de Salud Número 1, el prefirió quedarse.
Cuando el repartidor volvió simplemente preguntó donde lo habían llevado a Luciano y se fue a trabajar.
Al ser detenido se abrazó con algunos allegados frente a la vivienda y se retiró junto al comisario Rafael Filippa hacia la comisaría de Alberdi.
Su pareja salió poco después de la vivienda y visiblemente molesta por la presencia de la prensa se apresuró a subir al vehículo que la trasladó a la Policía.