Secuelas de la valija

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Tras las acusaciones del Fiscal Americano en relación al escándalo de la valija con los 800.000 dólares, supuestamente para la campaña de la Presidenta Cristina Kirchner, esta mostró una cruda inexperiencia en el manejo del conflicto. No debe asombrar. Nuestra presidente habla mucho pero nunca tuvo funciones ejecutivas. Ni siquiera una intendencia chica en el sur. Su vida política fue siempre legislativa. Sin ser soldado raso pasó a ser general. Ahora su Gobierno muestra las secuelas de su propia trayectoria lejos de una función ejecutiva. Lo que es peor, apenas iniciado el mandato, Nestor Kirchner decidió salir en apoyo de su esposa. Flaco favor le hace a la imagen Presidencial. Encima con una prepotencia que mezcla todo y que no convence a nadie.

 Nadie puede alegar su propia torpeza. Fue el ex Presidente Kirchner el que debió detener a Antonini Wilson. No lo hizo. Lo dejo salir a los tres días impunemente del país. Ahora reclama que se lo envíen desde afuera. Razonamos como niños. Hacemos mal las cosas y la culpa la tienen otros. Creer que los Argentinos se convencerán a grito limpio que este evento es una conspiración externa es demasiado menosprecio desde la cumbre política de su nuestra propia nación.
 
 No es que los americanos no hagan operaciones políticas en contra de muchos países. Basta leer el libro de Walter Graciano “Nadie vio Matrix” para entender lo que significan los auto-atentados y el manejo de la opinión pública para ejecutar políticas favorables a los países que dominan el mundo o para salvar el pellejo a políticos en la cuerda floja. Pero hacer de estas tristes valijas una historia equivalente es demasiado. Simplemente no importamos a nadie en el mundo.

 ¿Cual es entonces el verdadero problema para los EEUU más allá de este caso de la valija venezolana.? Claramente su déficit externo y el petróleo. En relación al primero la situación es de enorme riesgo. Hay que ser claros, esa situación no puede ser estable en el medio plazo. El crecimiento mundial ha sido liderado por los EEUU mediante un desequilibrio de su balanza comercial. Curiosamente sin embargo, el resto del mundo ha financiado  ese défícit cercano al 7 % del PBI mediante la economía del miedo. Esto es, ante la incertidumbre generada por el terrorismo internacional, el capital busca activos de bajo riesgo y compra los títulos de deuda americanos. La pregunta es hasta cuando se podrá depender de la plata externa y cuando EEUU entrará en una recesión. Cuando eso ocurra, los cimbronazos sobre Argentina serán duros de llevar.
 
 El otro problema es el Petróleo. El precio se ha ido a las nubes. En Argentina vivimos en  una nube de ensueños. Los precios artificialmente bajos fomentan el consumo en un contexto caracterizado como dice Graciano por el inicio de la fase de agotamiento de los recursos energéticos fósiles. Esta crisis nada tiene que ver con la del 73 donde había una restricción de oferta con reservas. Aquí lo que aparece es que en la tierra mayoritariamente no hay reservas aptas para su explotación. Hay entonces de acuerdo al autor citado dos crisis en gestación una financiera y otra del petróleo.  Claramente en ese escenario nuestra Presidenta deberá prepararse para no seguir improvisando mal en un mundo tan complicado.

Dr Roberto Tafani

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